Hace apenas ocho días el Marbella Fútbol Club volvió por fin a jugar un partido en el estadio municipal tras más de cuatro meses sin poder hacerlo por culpa del lamentable estado del terreno de juego, un problema que ya es habitual en los últimos diez años y que este verano se ha agravado demasiado debido al fuerte calor y a una inoportuna plaga. Normalmente el césped suele estar en malas condiciones al principio de cada temporada y el equipo se ha visto obligado a jugar como local en otros campos de los alrededores como el estadio municipal de San Pedro Alcántara, el campo de La Campana, el Luis Teruel o en las instalaciones de Marbella Football Center. En la última década el primer equipo de la ciudad ha jugado también en Ojén, Estepona y Arroyo de la Miel, donde se han disputado este verano el partido de presentación y los dos primeros partidos de liga en casa.
Muchos aficionados, entre los que me incluyo, no han podido desplazarse a esta última ubicación para ver esos tres partidos y eso ha impedido al club obtener tres presumibles importantes taquillas. Además, la plantilla ha tenido que cambiar constantemente de lugar de entrenamiento. Desde aquí hago un llamamiento al club, que se ha hecho cargo del césped, y al ayuntamiento, el propietario del estadio, para que busquen una solución definitiva a este problema.
Una ciudad como Marbella y las ambiciones de crecimiento del club bien merecen dicha solución. La buena marcha deportiva del equipo y la entidad de los rivales del grupo además motivan a la afición a la hora de acudir al estadio como pudo verse en el partido del regreso ante el Cádiz. El ambiente que vi ese día fue espectacular y las aficiones tuvieron un comportamiento ejemplar. Ahora sólo falta que el equipo mantenga su buena marcha para que ese gran ambiente se repita mucho más y que el club mime más todavía a la afición local.