El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha vuelto a anunciar la liberación de un tramo de la autopista AP-7, en este caso la circunvalación de Alicante, entre Monforte del Cid y El Campello. Una decisión que supone la gratuidad definitiva de 33,2 kilómetros de una vía de alta capacidad con el objetivo de aliviar la saturada A-70 y mejorar la movilidad del área metropolitana alicantina.

Marbella, 23 de diciembre 2025. La medida, aunque positiva para Alicante, vuelve a poner sobre la mesa el agravio comparativo que sufre Marbella y toda la Costa del Sol, donde la AP-7 continúa siendo una de las autopistas de peaje más caras de España, sin alternativas reales y con una presión de tráfico constante.
Alicante sí, Marbella no
Esa es la realidad que se repite una y otra vez bajo el Gobierno de Pedro Sánchez. Mientras en unas provincias se eliminan peajes y se facilita la movilidad diaria de trabajadores y empresas, en Marbella miles de vecinos siguen pagando por desplazarse o soportando atascos diarios en la A-7.
La liberalización ahora anunciada como definitiva ya se encontraba activa desde julio de 2024 mediante una prueba piloto prorrogada hasta febrero de 2026. Es decir, el Gobierno consolida una medida que ya funcionaba, pero la presenta como un nuevo avance mientras ignora las reivindicaciones históricas de la Costa del Sol.
España mantiene más de 1.500 kilómetros de autopistas de peaje activas bajo distintas administraciones. La diferencia no es técnica, es política. Cuando interesa, se libera. Cuando afecta a Marbella, se guarda silencio.
Especialmente llamativo es el mutismo del PSOE en Marbella. La diputada nacional por Málaga y concejala socialista, Isabel Pérez, no ha exigido públicamente a su partido el mismo trato que reciben otras provincias. No hay reivindicación, no hay presión política, no hay defensa clara de los intereses de los vecinos.
La liberación de la AP-7 en Alicante demuestra que cuando hay voluntad política, los peajes se eliminan. Que esto no ocurra en Marbella es una decisión consciente del Gobierno de Pedro Sánchez, que vuelve a relegar a la Costa del Sol a un segundo plano.
La pregunta es inevitable: ¿cuántos anuncios más de autopistas liberadas en otras provincias tendrán que escuchar los marbellíes antes de que el Gobierno de España actúe? Por ahora, la respuesta es clara: gratuidad para unos, peajes para Marbella.







