La calidad es uno de sus máximos referentes, pero sin lugar a dudas una de las características que define al bar-cafetería ‘La Arcadia’ es el mimo y cariño con el que tratan a sus clientes. Éste es uno de sus mayores exponentes en el trabajo diario, porque tal y como afirma su propietaria Inmaculada García Cantero, “queremos que los clientes se sientan como en casa, para nosotros son como parte de la familia”, y así se lo hacen sentir, con un trato amable y cuidado para todos ellos. La variedad en sus platos, en los que se apuesta por productos de máxima calidad, sanos y con gran presencia de verduras, y el cuidado que ponen en su elaboración, son también la clave del éxito de uno de los establecimientos hosteleros más conocidos, no sólo en Marbella, sino también en otras zonas, porque ‘La Arcadia’ traspasa fronteras y cuentan con clientes de otras ciudades que vienen a visitar Marbella y hacen parada para desayunar o almorzar en este local.
Iñaki Díez
– ¿Cuando comenzó a trabajar en este negocio?
– Fue mi hermano Diego quien comenzó en este local, que pertenece a mi madre, eso fue en el año 1987.?Varios años después, en concreto el 2 de enero de 1992 fue cuando me hice cargo del negocio, que en ese momento se llamaba ‘La Artesana’ y aquí llevo desde hace prácticamente 23 años.
– ¿Es por tanto un negocio familiar?
– Así es y además así me gusta considerarlo. No sólo entre la plantilla que aquí trabajamos, sino también en el trato que damos al cliente.
– ¿Qué tipo de clientela es la que acude a ‘La Arcadia’?
– Aquí tenemos desayunos y almuerzos, en concreto menús, entonces tenemos una clientela fija. Trabajadores principalmente, y lo cierto es que a mí no me han fallado, y nos ha ido bastante bien en estos últimos tiempos tan complicados, por lo que estamos muy agradecidos a todos nuestros clientes. Hasta el momento cerrábamos en torno a las seis de la tarde y a partir de ahora abrimos también por la noche.
– ¿Esto se debe a qué estáis notando una mayor afluencia de clientes y de movimiento económico?
– Con el arreglo de la calle Notario Luis Oliver y la puesta en marcha de las instalaciones deportivas y el parking del Francisco Norte sí que hemos notado un mayor movimiento de personas. Este nuevo equipamiento es un reclamo también, y a nosotros nos ha venido muy bien. Por eso hemos ampliado el horario de apertura.
– ¿Ha sido buena la Semana Santa?
– Ha sido muy buena y para mí siempre lo es, gracias a la clientela que tenemos. Aquí damos comida y desayunos para trabajadores y también para turistas que vienen de un año a otro. Por ello, para nosotros es muy importante el trato que le damos al cliente, queremos que se sientan como en casa, eso hace que las personas vuelvan y repitan en el negocio. Principalmente mi casa es de gente de Marbella, pero también acoge a muchos turistas.
– ¿Cuál es el plato que más demandan sus clientes?
– Nuestro cuscús es famoso, es totalmente casero, y de hecho lo hacemos dos días a la semana, miércoles y sábado. Tiene muy buena aceptación entre la clientela. Además, en la elaboración de los platos soy ingeniosa, por ejemplo suelo usar leche de coco. A todo ello se le une que por supuesto usamos productos de primera calidad con el máximo cuidado. Es esencial darle al cliente una alimentación sana, junto a la buena energía que le transmitimos a la gente en el trato.
– La decoración del establecimiento es llamativa ¿Cuál es el origen de este estilo?
– En la decoración mi marido tuvo mucho que ver. El era escultor y de hecho muchas de sus creaciones están aquí. También hay cuadros realizados por mi cuñada, el arte se vive en estas paredes. Poco a poco se me venían a la cabeza objetos que quería poner, como quería que fuera la decoración, se lo comentaba a mi marido, y progresivamente conseguimos el resultado actual, que nos encanta y creo que a los clientes también. Un decorador amigo mío siempre me dice que en el local no hay nada que pegue con nada, pero que todo coordina entre sí.
– ¿Cuál es el origen del nombre de su negocio?
– Hace ocho años cambié el cuadro de luz y unas tuberías, y para mí ese fue el momento idóneo de cambiarle al local el nombre, al que tiene actualmente ‘La Arcadia’. Fue una inspiración, me vino a la mente e investigamos su origen.
– ¿Cuál es el significado de esa palabra?
– Hay un dibujo en la entrada del negocio que lo muestra. ‘Arcadia’ era un pueblo de Grecia, muy antiguo, donde las personas que vivían allí, además de ser muy trabajadoras, eran artistas, trabajaban el hierro, ciudadanos que además cuidaban mucho la libertad. Y según la leyenda, de vez en cuando aparecían hadas en el pueblo. Yo me considero arcadiana, y por eso, para nosotros, los clientes que se quedan aquí y siguen viniendo son también arcadianos, como yo.
– ¿Alguna novedad futura que quiera incluir en ‘La Arcadia’?
– Tenemos una idea en mente. Queremos abrir miércoles, jueves, viernes y sábado por la tarde para crear el ‘Club La Arcadia’ donde se impartan conferencias, literatura, improvisaciones, clases de jazz o incluso talleres de cocina para niños que están bajo de autoestima, como terapia que ya he hablado con una psicóloga que se dedica a ello. En definitiva, un club donde se hagan este tipo de cosas para aprender y pasar un buen rato al mismo tiempo.
