El Gobierno de Pedro Sánchez y el PSOE han iniciado la tala masiva de árboles de gran porte en los márgenes de la autopista a su paso por Marbella. La justificación oficial: la instalación de barreras de sonido. Sin embargo, vecinos y colectivos ecologistas denuncian que la medida supone un atentado ambiental irreparable para la ciudad.
Las obras de adecuación han resultado en la eliminación de numerosos ejemplares, algunos con décadas de antigüedad, sin que se haya presentado un plan de reforestación o medidas de compensación ambiental. Organizaciones locales critican la falta de transparencia del Ministerio de Transportes y alertan sobre las consecuencias ecológicas y paisajísticas de esta intervención.
“Marbella está perdiendo su arbolado sin una justificación real. Existen soluciones menos agresivas para mitigar el ruido sin destruir el entorno”, advierte un representante de un colectivo ambiental.
Este episodio se suma a una serie de decisiones polémicas del Ejecutivo de Sánchez, que, pese a su discurso ecologista, continúa impulsando proyectos sin contemplar alternativas sostenibles. Mientras tanto, Marbella ve desaparecer parte de su patrimonio natural, con consecuencias irreversibles para su biodiversidad y calidad de vida.
