Hoy se presentaba oficialmente la Plataforma ‘La plaza es nuestra’, una agrupación que, además de congregar a diferentes a 800 vecinos -entre los que se encontraban asociaciones como la de Trapiche Norte- y colectivos sociales, también ha contado con el apoyo de partidos políticos; en concreto de Costa del Sol Sí (CSSP), formación auspiciada por Podemos, con la asistencia de la concejala Victoria Mendiola y de Ciudadanos, tal y como especificaba este colectivo en un comunicado. Desde el mismo destacaban el apoyo de estos representantes, que secundan así el objetivo con el que se ha creado la plataforma, el de declarar zona central de la Plaza de Los Naranjos de libre de ocupación, esto es que los restaurantes de esta céntrica zona no ocupen esta área de la plaza con sus mesas. El propio portavoz lo explicaba, afirmando que, con esta designación, “aquí no se pueda poner una mesa. Hemos recuperado un tesoro y nos gustaría que fuese para el disfrute de los que vivimos aquí y de los que nos visitan. Es preferible un espacio cruzado al azar por personas que uno interferido por muebles. La plaza es nuestra”, indicó el portavoz de la plataforma, José Antonio Iranzo. De hecho,el colectivo ha presentado por Registro de Entrada un escrito en el que solicitan que la Junta de Gobierno Local declare que la zona central de la Plaza es espacio libre de mesas.
El portavoz de esta plataforma explicó que las ordenanzas municipales impiden ocupar más del 50 por ciento del espacio y obliga a respetar distancias y pasos, a pesar de lo cual la normativa “con demasiada frecuencia se incumple aquí, a las propias puertas del Ayuntamiento”. El coste de tener una mesa en la plaza es inferior a los diez euros al mes, un importe con el que es “fácil”, precisó. La plataforma solicita también que la rehabilitación del recinto se complete con medidas para proteger los naranjos que dan nombre a la plaza y el seto de isla ecológica y la colocación de bancos, papeleras y una fuente con agua potable.
Además, el colectivo hará extensiva su reivindicación a otras calles del Casco Antiguo, que consideran que también se han visto invadidas por las mesas de restaurantes, como la Plaza Altamirano o la calle Virgen de los Dolores. “Hay calles en las que sólo se puede caminar por la calzada. En algunas es casi imposible transitar. El exceso de ocupación deteriora el medio ambiente; son excesivos los ruidos, las músicas, el aforo, los muebles”, subrayó el portavoz, al tiempo que aseguró que son muchos los vecinos que consideran que los espacios públicos del municipio “son cada vez más pequeños”.