La situación ha generado un creciente malestar entre los residentes y comerciantes de la zona por los posibles efectos negativos en la seguridad y el turismo, dos de los pilares económicos de la región
Un exclusivo hotel de lujo, situado en Benahavís ha sido habilitado por el Gobierno para albergar a 360 inmigrantes. Esta medida ha causado una gran polémica en la Costa del Sol, especialmente en los municipios cercanos como San Pedro Alcántara y Estepona, donde ya se reportan efectos visibles de la presencia de estos inmigrantes en las calles.
El complejo hotelero, conocido por su ambiente exclusivo y servicios de alta gama, se ha convertido en un centro de acogida temporal para los migrantes, quienes, según algunas denuncias, comienzan a salir a las calles de las localidades vecinas durante el día. La situación ha generado un creciente malestar entre los residentes y comerciantes de la zona, que han expresado su preocupación por los posibles efectos negativos en la seguridad y el turismo, dos de los pilares económicos de la región.
A pesar de que el hotel ofrece condiciones de alojamiento de lujo, con servicios como piscinas, gimnasio y spa, los residentes en las áreas afectadas señalan que las salidas de los inmigrantes a los centros urbanos no solo están alterando la tranquilidad de las localidades, sino que también están contribuyendo a un incremento de la inseguridad y el desorden en algunas zonas de San Pedro y Estepona.
Comerciantes de Estepona, especialmente en las áreas más transitadas, han reportado un aumento de pequeños delitos, como robos y altercados, lo que ha generado una atmósfera de inquietud entre los habitantes. “Es preocupante ver cómo el comportamiento de algunos inmigrantes empieza a afectar la imagen y seguridad de nuestras calles. Este tipo de situaciones nos hace sentir vulnerables”, comentó un propietario de un negocio en el centro de Estepona.
Por su parte, el Gobierno ha defendido la operación asegurando que se trata de una medida temporal para gestionar la llegada masiva de inmigrantes y que las condiciones de alojamiento son más que adecuadas. Además, afirman que se está trabajando en coordinación con las autoridades locales para garantizar que las salidas a las calles se gestionen de manera controlada y que no se vean comprometidas la seguridad ni la convivencia.
A pesar de estas declaraciones, las voces disidentes continúan creciendo. En San Pedro, algunos residentes se han organizado para pedir explicaciones a las autoridades locales, exigiendo una revisión de la medida y una solución más adecuada que no interfiera con el desarrollo turístico y la calidad de vida en la zona.
El debate sobre este lujoso hotel en Benahavís y su relación con la creciente presencia de inmigrantes en las calles de San Pedro y Estepona continúa, y se espera que en los próximos días se lleven a cabo reuniones entre los representantes locales, la comunidad afectada y el Gobierno para encontrar una solución que equilibre las necesidades humanitarias con la seguridad y el bienestar de los habitantes de la Costa del Sol.