Los ciudadanos no están dispuestos a que el patrimonio del municipio se deje perder y han aunado fuerzas para que este se preserve. Para ello, han iniciado una recogida de firmas, a través de la plataforma online ‘change.org’, en la que instan al Ayuntamiento a la rehabilitación del Trapiche del Prado, una petición que se ha intensificado después de que hace unos días se conociera el deterioro que presenta la antigua azucarera, una situación que ha obligado a su vallado ante el riesgo de desplome. En apenas cinco días desde que se lanzara esta petición, ya se han recabado 219 firmas, en una iniciativa auspiciada por un grupo denominado ‘Historia de Marbella’ quienes a través de una carta, además de la petición al Consistorio, hacen un recorrido histórico sobre la importancia de esta inmueble municipal, recalcando que el mismo está incluido en “la lista roja del patrimonio” y en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía, además de que es un edificio de vital relevancia para conocer la historia azucarera de Marbella. Para este colectivo, tal y como relatan en su carta, es especialmente preocupante “el deterioro progresivo” en el que se encuentra el edificio a consecuencia de su abandono, una situación que se torna aún más complicada por el crecimiento descontrolado de la vegetación y el matorral. provocando grietas en el mismo y “destrozos graves”.
Irene Catalán
Sin embargo, de momento no parece que haya visos de actuar sobre este indudable valor patrimonial de la antigua azucarera atendiendo a que el tripartito no ha previsto ninguna partida concreta para el proyecto de conservación del Trapiche, a pesar de que en noviembre de este año se informaba de la intención del equipo de Gobierno de dotar al presupuesto de una partida económica para la primera fase del proyecto de conservación, dado su estado de abandono. Pero el presupuesto municipal, aprobado hace diez días de forma definitiva, no contempla una dotación con nombre y apellido para el Trapiche del Prado.
Hay que recordar que esta finca fue donada por la familia Álvarez para la construcción de una residencia pública de ancianos en la ciudad, un proyecto que también fue descartado por el actual equipo de Gobierno, cuando el pasado verano el propio alcalde, José Bernal, precisaba que el geriátrico tendría un difícil encaje en el trapiche en las actuales condiciones del entorno. “Si estamos hablando de un Bien de Interés Cultural (BIC) de más de tres siglos que necesita un dinero importante para ponerse en valor y además no va a dar las capacidades que necesitan los residentes y que sí pueden tener en otro sitios, nunca tendremos esas plazas”, explicaba en ese momento el regidor.
Sea como fuera, lo cierto es que el estado en el que se encuentra este edificio patrimonial preocupa y mucho a los ciudadanos del municipio, un inmueble esencial para la historia azucarera en Marbella que no se puede dejar en el olvido.