Marbella vuelve a sufrir la desidia del Gobierno central. A pesar de que el verano ha terminado y de que miles de vecinos y trabajadores continúan utilizando a diario la autopista de la Costa del Sol para desplazarse, los precios del peaje siguen siendo desorbitados. Ni en septiembre, con la bajada de la demanda, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha aliviado el bolsillo de los ciudadanos.
La autopista, que debería ser una vía de descongestión ante los atascos interminables de la N-340, continúa siendo un lujo al alcance de unos pocos. El resto de conductores —familias, trabajadores y autónomos— se ven obligados a perder horas cada día atrapados en retenciones por no poder asumir el coste elevado del peaje.
La situación es especialmente grave en Marbella y la Costa del Sol, donde la movilidad es clave tanto para el turismo como para la actividad económica. “Es incomprensible que en pleno 2025 sigamos pagando por una autopista que ya está más que amortizada y que debería ser gratuita para garantizar la igualdad de oportunidades entre territorios”, denuncian colectivos vecinales y empresariales de la ciudad.
Mientras en otras comunidades autónomas el Gobierno de España ha eliminado peajes y reducido costes de transporte, en Andalucía la realidad es muy distinta: Sánchez mantiene uno de los peajes más caros del país, castigando de nuevo a los ciudadanos de la Costa del Sol.
La falta de acción del Ejecutivo socialista contrasta con la necesidad urgente de liberar la autopista y acometer inversiones reales en infraestructuras. El tercer carril hacia la carretera de Ronda sigue siendo una promesa incumplida, la conexión ferroviaria un sueño olvidado y las retenciones un castigo diario.
La conclusión es clara: septiembre llega, pero nada cambia. Marbella y toda la Costa del Sol siguen pagando el precio de un Gobierno central más preocupado por recaudar que por dar soluciones.
