La diputada nacional por Málaga, Isabel Pérez, guarda silencio ante las graves acusaciones que afectan a altos cargos socialistas
Los casos de corrupción que afectan al Partido Socialista a nivel nacional siguen acumulándose, y sin embargo, en Marbella reina el silencio. Ni la agrupación local del PSOE ni su diputada nacional por Málaga, Isabel Pérez, han mostrado la más mínima intención de condenar los escándalos que están deteriorando la imagen de su partido ante la ciudadanía.
Mientras se suceden informaciones sobre presuntas tramas de comisiones ilegales, contratos opacos y adjudicaciones bajo sospecha en diferentes administraciones gobernadas por el PSOE, en Marbella los responsables socialistas optan por mirar hacia otro lado. La falta de explicaciones y de posicionamiento público no hace sino alimentar la percepción de una doble vara de medir y de una preocupante falta de compromiso ético.
La diputada por Málaga, Isabel Pérez, que representa a miles de ciudadanos de la Costa del Sol en el Congreso, ha evitado pronunciarse sobre las últimas investigaciones judiciales que salpican a su formación. Su silencio, en un momento en que la transparencia debería ser una prioridad, contrasta con la exigencia que el PSOE practica cuando la corrupción afecta a otros partidos.
Fuentes municipales consideran que “es inaceptable que quienes piden ejemplaridad en Marbella guarden silencio cuando los casos afectan a su propio partido. Es una cuestión de coherencia y de respeto a los ciudadanos”. También colectivos vecinales y asociaciones cívicas han comenzado a expresar su malestar ante esta actitud “cómplice” que, a juicio de muchos, mina la credibilidad de quienes aspiran a gobernar la ciudad.
La pregunta es clara: ¿va a seguir Isabel Pérez respaldando al Gobierno de Pedro Sánchez y a su partido sin condenar ni una sola de las sombras que se ciernen sobre ellos? ¿O se pondrá del lado de los vecinos que exigen transparencia, responsabilidad y justicia?
Por el momento, la respuesta sigue siendo el silencio.
