La cortesía y modestia propia del carácter británico se presenciaron anoche en Starlite a través de los artistas James Rhodes y Katie Melua. E hicieron suya la noche del festival. A ritmo de piano él, a toques de blues, jazz, folk y pop ella. Ambos compatriotas consiguieron, mediante un concierto doble, que el público de Starlite se rindiera a la velada con el sabor británico más auténtico del cartel de Starlite 2019.
Distinguidas personalidades como la psicóloga y escritora Alejandra Vallejo-Nágera y Nina Junot, la ex de Philippe Junot, se acercaron al Auditorio de Starlite para presenciar una de las citas más delicadas y brillantes del festival boutique más importante de Europa.
James Rhodes, el pianista a quien la música le salvó la vida después de una infancia difícil en la que fue víctima de abusos sexuales, abrió el recital asido a su salvavidas en forma de piano, con la pieza del ruso Rajmáninov, Preludio en Do Sostenido Menor. Cada nota le brota de dentro y cierra los ojos para no perder ni una sola sensación del movimiento. «¡Qué ilusión estar aquí, bajo las estrellas. Andalucía es la hostia!», expresa con un fluido pero rudimentario español que está perfeccionando a pasos agigantados.
Después de pedir permiso para comunicarse en su lengua materna, Rhodes explica que va a interpretar la Sonata Para Piano Número 15 de Beethoven, ‘Pastoral’, una pieza de más de 20 minutos de duración, «algo atípico para un festival, pero que quiero tocar en este increíble lugar», haciendo alusión a La Cantera de Starlite.
La música como medio de expresión de los sentimientos más profundos. Rhodes, sentado frente al piano sin partitura alguna, se adentra seguidamente en el Scherzo Número 2 de Chopin, otra pieza extensa que precedió al fin de fiesta, ‘In The Hall Of The Mountain King’, del compositor noruego Edvard Grieg.
Tras el recital de Rhodes, llegó el turno de la cantante originaria de Georgia nacionalizada británica, Katie Melua. Un segundo concierto que hizo de la noche de Starlite un acontecimiento único en el mundo por su sencillez y virtuosismo musical. Melua dio comienzo con el tema ‘Belfast’ antes de dar paso a su especial versión del hit ‘Wonderful Life’, autoría del cantante Black. Y así, ofreció con su voz aterciopelada y una exquisita cortesía, un repertorio en el que se alternaron temas propios de sus álbumes de estudio y delicadas versiones de grandes canciones como ‘Just Like Heaven’, de The Cure o ‘What A Wonderful World’, de Louis Armstrong.
«Es un honor estar aquí por primera vez y terminar mi pequeña gira de verano en un lugar tan increíble como este», agradeció Katie Melua haciendo alusión al enclave único de Starlite Festival. Acompañada por «los mejores músicos en activo de Gran Bretaña» entre los que se encontraba su hermano, la cantante que también toca la guitarra, interpretó temas suyos como ‘Plane Song’, ‘Crawling Up A Hill’ o ‘Piece By Piece’.
Uno de los momentos más especiales de su intervención tuvo lugar cuando la artista británica cantó ‘Tu Asa Tura’, un tema en su lengua natal. Muy aplaudido, pero no tanto como el regalo reservado para poner el punto y final a su primer concierto en Starlite: el ‘What A Wonderful World’, de Louis Armstrong, icono del jazz de todos los tiempos y «una de las mejores canciones escritas en habla inglesa», según la propia Melua. A modo de despedida, expresó un sentido y comedido «gracias» a una audiencia a la que acarició con su voz el alma.