Irene Catalán Ana Ortega, ese el nombre de una mujer dedicada en cuerpo y alma a ayudar a los demás, a atenderlos, y por qué no a hacerle la vida más fácil y llevadera. Desde Marbella Voluntaria, asociación que dirige como presidenta desde que se fundara hace ya más de una década, Ana Ortega junto a los 200 voluntarios con los que cuenta la asociación, se encargan de esta labor, a través de un lema que resulta simple en apariencia, pero que requiere de mucho trabajo, compromiso y voluntad por parte de todos para “ayudar al que nos necesita”. Y es que Marbella Voluntaria atiende a unas 180 personas en sus diferentes ámbitos de actuación.
– ¿Por qué se decidió poner en marcha Marbella Voluntaria?
– Marbella Voluntaria germinó gracias a las inquietudes de varias personas que queríamos suplir las necesidades de un grupo de mayores que necesitaban atención, acompañamiento u orientación en aspectos de la vida diaria. Nosotros queríamos suplir ese vacio que se había creado en torno a este colectivo, porque el motor de Marbella Voluntaria son los mayores.
– ¿Cuáles son las actividades que se desarrollan desde Marbella Voluntaria?
– Trabajamos en varios niveles, y siempre centrados en la atención a los mayores. Nuestras actividades abarcan desde el acompañamiento en casa o a centros hospitalarios y ambulatorios e incluso en tareas administrativas con la gestión de documentos. Orientamos a las personas mayores, de tal forma que incluso nos encargamos de controlar las medicinas. De hecho, tenemos programas de voluntariado en el Hospital Costa del Sol; uno centrado en la biblioteca y otro de acompañamiento al paciente.
– A pesar de que vuestro campo de actuación inmediata es el colectivo de los mayores, también trabajáis con jóvenes ¿No es así?
– Efectivamente. Trabajamos con el centro educativo Pablo del Saz. En concreto lo hacemos con los alumnos que son destinados al aula de convivencia, al ser expulsados de clase, y donde dos personas se encargan, de lunes a viernes, de trabajar con ellos distintas técnicas y en cierta manera les enseñamos civismo y como enfrentarse a su día a día.?Gracias también a la propia implicación de la comunidad educativa del centro, este programa está yendo muy bien.
– ¿Es Marbella una ciudad voluntaria?
– La respuesta es sí, y eso se deja sentir en la importante presencia de personas que acuden a las diferentes actividades que ponemos en marcha. Como prueba de ello está que en el municipio hay más de medio centenar de asociaciones inscritas en las que las personas dedican su tiempo a ayudar a los demás.
– ¿Cuáles son las características que debe tener un voluntario?
– Un voluntario debe tener voluntad y compromiso. Son dos aspectos muy importantes. Nosotros tratamos con personas que en su mayor porcentaje tienen la sensibilidad a flor de piel, por lo que cuando un voluntario viene y nos propone participar nosotros siempre intentamos adaptarlo a las necesidades de la asociación y de las personas que atendemos. Aquí tratamos con sentimientos y eso hay que tenerlo en cuenta. La persona que tenga la inquietud de hacer algo y venga a Marbella Voluntaria encontrará un zapato a su horma.
– La empatía se convierte en una herramienta esencial en vuestra labor ¿No es así?
– La riqueza de entendimiento y empatía que tenemos como personas para ayudar a otras que hayan vivido una situación similar es algo importantísimo, y en Marbella Voluntaria tenemos la suerte de poder realizar esta labor y de ser el hombro en el que muchas personas pueden apoyar sus problemas.
