En el partido del pasado sábado que enfrentó al Marbella FC con el CD Don Benito en el Estadio Municipal se vivieron momentos muy emotivos antes y después del encuentro gracias al regreso de Álex Herrera, uno de los héroes del último ascenso blanquillo a Segunda B, con la camiseta visitante. El jugador pacense dejó un gran recuerdo en las tres temporadas que jugó en el equipo local siendo uno de los futbolistas más queridos por su extraordinario rendimiento en el terreno de juego, por su enorme profesionalidad y sobre todo por su carisma fuera del césped. Por ello no es de extrañar el recibimiento tan efusivo que tuvo por parte de la afición local y de los numerosos amigos que hizo en nuestra ciudad.
Los jugadores que formaron parte de la plantilla del ascenso del año 2014 dejaron en general una huella imborrable en el corazón de los aficionados como puede verse cada vez que vuelven por la ciudad con los equipos visitantes. Gabi Ramos, Airam Benito y el propio protagonista de esta opinión ya han tenido ocasión de disfrutar de estos emocionantes recibimientos, que ponen de manifiesto el gran grupo humano que construyeron Jaime Molina y Loren Morón en el exitoso primer proyecto deportivo de Alexander Grinberg al frente del club blanquillo.
La clave del éxito, precisamente, se encontraba en ese magnífico vestuario que combinaba calidad futbolística y calidez humana como tuve el honor de apreciar en persona. Y luego el épico y deseado ascenso ayudó a dejar una imagen inolvidable de la inmensa mayoría de aquella plantilla. La pasada temporada también pudimos ver otro ejemplo de esa exitosa combinación que se debe tener en cuenta a la hora de fichar, como demostró Jorge Rodríguez de Cózar, aunque al final la suerte no acompañará en el play-off de ascenso a la división de plata.
