Hace diez días el fútbol base local fue noticia por un desagradable incidente que ha tenido una enorme repercusión en la prensa nacional por su especial gravedad. El lamentable hecho tuvo lugar en los últimos minutos de un partido de Cuarta Andaluza juvenil que enfrentaba al Atlético Marbellí con el Athletic Fuengirola cuando un jugador del equipo local y su padre agredieron al árbitro. Como consecuencia de ello, el encuentro tuvo que ser suspendido y el colegiado llegó a ser hospitalizado por los daños derivados de un puñetazo en la cara por parte del jugador. Los agresores evidentemente van a ser denunciados por su víctima y el club local ha reaccionado de inmediato expulsando al futbolista con un firme condena de cualquier acto de violencia. La ejemplar respuesta del Atlético Marbellí a la agresión fue instantánea llegando incluso sus propios miembros a tener que llamar a la policía prestando en todo momento la mayor colaboración con esta y con el árbitro agredido. El club local además ha hecho un llamamiento a los padres de los futbolistas para que dejen de generar violencia desde las gradas y otro a las autoridades para que tomen de una vez las medidas necesarias que eviten este tipo de incidentes. Y como medida interna, aparte de la expulsión del jugador agresor, la entidad ha iniciado una serie de charlas de concienciación con sus jóvenes futbolistas impartidas por ex colegiados.
Para los que conocemos la gran labor que este humilde y familiar club realiza con su escuela de fútbol no nos ha sorprendido la inmediata reacción que ha tenido ante este gravísimo incidente. Siempre trata de inculcar a los más jóvenes los mejores valores posibles pero, como ocurre en los centros de enseñanza, son los padres quienes tienen la responsabilidad principal de educar a sus hijos. Desgraciadamente, hechos como estos se repiten mucho en los últimos años por todo el país y para erradicarlos los propios padres deberían dar ejemplo de buen comportamiento cuando asisten a los partidos de sus hijos.
