La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) anunciaba este lunes su decisión de dar amparo a un grupo de periodistas que se sienten acosados y presionados por Podemos en la cobertura de la información sobre el partido, toda vez que el equipo directivo les “amedrenta y amenaza cuando está en desacuerdo con sus informaciones”. Estas afirmaciones las justificaban con pruebas documentales y exigiendo a la formación morada que acabe con la “campaña sistematizada de acoso personal y en las redes” contra periodistas críticos. Podemos por su parte, decía no reconocerse en las acusaciones. Pues aunque parezca que este hecho nos pilla lejos, no es tan así, si tenemos en cuenta que uno de los periodistas amparado por la nota de Asociación de la Prensa es de Marbella. Javier Negre, del diario ‘El Mundo’ hablaba con Carlos Herrera en Cope este martes, donde recordaba que en el momento en el que publicó en el suplemento ‘Crónica’ el perfil del sindicalista del SAT y exconcejal de Jaén en Común Andrés Bódalo, encarcelado desde hace casi un año por agresión a un edil socialista -al que precisamente ha visitado Pablo Iglesias este fin de semana en la cárcel-, en el que contaba cómo había golpeado a una dependienta de una heladería embaraza en el transcurso de una huelga general. “Empecé a recibir cientos de tuits de personas vinculadas a cuentas de Podemos, siempre bajo el anonimato y acordándose de mi madre. Organizaron una campaña en la que pedían mi cabeza. Aquello fue tan sonado que incluso desde Bruselas me llamaron para que explicara cómo personas vinculadas a Podemos perseguían y señalaban a periodistas”. Negre, que desarrolla su labor profesional en Madrid, es de Marbella, donde ha vivido la mayor parte de su vida, hasta que emprendió sus estudios universitarios.
Ayer, el joven explicaba a los micrófonos de Cope cómo hace años, en el Parlamento Vasco le solicitó a un dirigente de Bildu que pidiera perdón a las víctimas de terrorismo. “Me amenazó de forma directa. En este caso las técnicas que usan personas vinculadas a Podemos son muy parecidas a las que empleaban en su momento dirigentes de Bildu o palmeros de la izquierda abertzale. Es una violencia verbal, de intimidación con miradas, con silencios, con el menosprecio y poniendo en contra a parte de la profesión”.
Así, recordó que hace ocho meses puso la situación en conocimiento de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España), “me ampararon inmediatamente». Sin embargo deja claro que “no le afecta lo que digan personas que humillan a las víctimas, que se ríen de la muerte de Rita Barberá o que quieren controlar los medios públicos, como si esto fuera Venezuela. Eso quiere decir que algo estaremos haciendo bien”, según recoge en la página web de Cope
En su intervención, Negre lamentó que algunos compañeros de profesión “que necesitan informativamente a Podemos” se vean afectados por esta situación y que consigan aminorar la forma de tratar la información sobre el partido liderado por Pablo Iglesias. “Por suerte, yo no vivo de ellos, pero he de reconocer que sólo me he encontrado con el menosprecio público cuando he hablado de este partido y cuento verdades como puños”.