Ayer comenzó en Andalucía una sesión de investidura histórica, treinta y siete años después no era un candidato socialista el que se subía al estrado a defender un proyecto de Gobierno para ser investido presidente. El candidato del Partido Popular, Juanma Moreno, fue el encargado de hacerlo y durante su exposición, el que se espera que sea el nuevo presidente andaluz, tocó temas controvertidos y que han sido objeto de polémica en las últimas jornadas, entre ellos no faltó la violencia de género.
Durante las negociaciones tanto PP como Ciudadanos se negaron a aceptar las medidas en materia de violencia de género propuestas por Vox, defendiendo que no se permitiría ningún retroceso en este asunto. Y Moreno volvió a dejarlo claro ayer en su discurso, defendiendo que “el maltrato es una lacra social que debemos erradicar. Y hay que hacerlo construyendo sobre lo que ya tenemos. Sumando. Enriqueciendo. Mejorando las leyes. Sin cuestionar lo que ha funcionado y funciona, pero corrigiendo lo que no”.
La postura de ambos partidos para formar Gobierno en Andalucía fue clara, aunque eso no impidió que ayer se concentrasen grupos feministas para rodear el Parlamento durante la investidura. Movilizaciones alentadas por los partidos que se integrarán en la futura oposición, como Adelante Andalucía (IU y Podemos) y PSOE, que incluso llegó a fletar autobuses para las movilizaciones que se dieron en esta jornada de cambio en la comunidad autónoma andaluza.
Moreno, en cuyo discurso premió la palabra diálogo, pidió en este sentido “responsabilidad a todos para sacar de la contienda política asuntos tan sensibles como la violencia de género”. “Quienes sufran violencia física, psicológica o social, de cualquier tipo y en cualquier ámbito, encontrarán en mi gobierno un refugio seguro, una mano para acogerle y otra para ayudarle a salir del infierno en que viven. Siempre hemos estado con los más débiles, y así seguirá siendo”, abundó el popular.
