Como ya señalé la pasada pasada, el Marbella FC estaba esperando que se resolviese la situación judicial de su presidente, Alexander Grinberg, que se encontraba en la prisión de Alhaurín de la Torre desde el pasado mes de septiembre cuando fue detenido en la llamada «Operación Oligarkh» contra la mafia rusa en la Costa del Sol. Tras pagar una fianza de 750000 euros, y con las medidas cautelares habituales en estos casos, el mandatario ruso ya está en libertad al considerarse desproporcionada la duración de la prisión provisional que se decretó hace cinco meses. Aunque siguen existiendo indicios incriminatorios contra Grinberg, no hay ninguna prueba de su implicación en la trama mafiosa y por eso disfruta ya de la anhelada libertad mientras sigue adelante el proceso judicial. Visiblemente desmejorado tras perder veinte kilos de peso, el presidente del club blanquillo pudo reencontrarse con su familia y visitar el Estadio Municipal al día siguiente de su salida de prisión. Allí tuvo un emotivo recibimiento por parte de los empleados del club y de la primera plantilla de jugadores, que le esperaban con inmensa alegría y satisfacción. También pudo comprobar el buen funcionamiento de la entidad durante su ausencia gracias a la gran labor de Teo Bravo y Jorge Rodríguez de Cózar con el respaldo económico del empresario Antonio Decoz.
La afición también ha recibido al presidente Grinberg con los brazos abiertos sabedora de lo mucho que ha hecho por el club en los últimos cinco años. Y es que hay que recordar la gravísima situación económica y deportiva que arrastaba la entidad local en el momento de su llegada. Además de salvar al club de la desaparición, en estos años lo ha modernizado y profesionalizado convirtiéndolo en sociedad anónima deportiva. Y su gestión ha sido seria y responsable evitando cualquier tipo de derroche e involucrando a toda la ciudad con la Fundación Marbella FC y la colaboración de las empresas locales a través de una multitud de patrocinios.
