En enero de este año, seis ex empleados del Centro Ambiental de Marbella anunciaron su intención de reabrir la planta en la que un total de 16 trabajadores desarrollaban su labor, después de que en abril del año pasado la empresa que la gestionaba cerrara sus puertas de forma unilateral, decisión que tomaron tras decretar el Ayuntamiento el cierre del vertedero ilegal anexo. Los trabajadores apostaron por constituirse en cooperativa y tratar de optar a la reapertura del centro. Sin embargo, en el día de ayer estos se concentraban a las puertas de la instalación para denunciar “la falta de apoyo político” a su propuesta, así lo expresaron los trabajadores allí concentrados.
“Los servicios jurídicos del Ayuntamiento nos han denegado la posibilidad de tener la gestión de los terrenos, nos han puesto una serie de escusas técnicas que nosotros entendemos que con lo que hemos presentado en la memoria técnica, jurídica y económica lo solventábamos pero claramente lo que nos ha faltado es el apoyo político, sobre todo del alcalde”, apuntaron.
La necesidad de sacarlo a concurso por tratarse de una actividad parece ser la razón que estaría detrás de la negativa, así lo reconocieron los trabajadores, quienes reconocen sus limitaciones para poder hacer frente al procedimiento, “viendo esta situación, que vamos a concurso, nosotros no podemos competir con las grandes empresas con lo cual entiendo que la cooperativa va a desaparecer”, lamentaron.
Los trabajadores mantuvieron una reunión con el concejal de Sostenibilidad, Miguel Díaz, el de Limpieza, Francisco García, y el de Hacienda, quienes les apuntaron los límites normativos que imposibilitarían desarrollar su propuesta para gestionar el Centro Ambiental.
Algunos transportistas acudieron también al lugar para respaldar la propuesta de los trabajadores y plantearon los problemas que la situación les está generando, elevando el coste del transporte de residuos.
Unos hechos que dejan a la cooperativa pendiendo de un hilo, “este viernes nos vamos a reunir para ver si vamos hacia delante o damos de baja la cooperativa”, lamentaron los trabajadores.
Así, la ciudad supera ya el año sin tener un punto destinado al vertido de poda de empresas y particulares, un hecho que obliga a los transportistas a tener que trasladarse a otros municipios para depositar sus residuos; en concreto, los más cercanos son Estepona y la Cala de Mijas.
La decisión del cierre de la planta forzó además al tripartito a establecer algunos puntos de recogidas, solución denunciada por algunos vecinos y que ha llevado al Seprona a intervenir para solicitar al Consistorio el cierre de las mismas.