El Marbella FC ya está planificando su futuro como nueva sociedad anónima deportiva tras un final de temporada lleno de sinsabores deportivos. Si bien es cierto que intentar el ascenso a segunda división era casi imposible por el bajo presupuesto y por el gran nivel de los rivales de arriba, el equipo hizo una buena primera vuelta de competición y nadie se esperaba que terminaría la liga sufriendo por conseguir la permanencia. En su segunda temporada en la categoría tras su último ascenso, el conjunto local al final ha vuelto a pelear por un objetivo no previsto al principio como ocurrió la temporada pasada. La inversión que llevo a cabo el presidente Alexander Grinberg en la parcela deportiva fue menor esta temporada tras los grandes esfuerzos económicos que tuvo que hacer en el curso anterior. Pero ahora se ha visto obligado a buscar un apoyo que le permita no seguir llevando él sólo a cuestas el peso financiero del club. Y ese apoyo lo ha encontrado en el empresario italiano Rafaelle Pandalone,un nuevo inversor que se dedica al mundo del transporte y la logística, y que entrará en el club como accionista haciéndose cargo además de los asuntos deportivos a través de su compatriota Alessandro Gaucci, el nuevo director deportivo de la entidad.
El proyecto que traen los italianos es muy ambicioso y tiene por objetivo ascender a segunda división en tres años. Gaucci ya está diseñando una plantilla totalmente nueva y ha decidido que sólo seguirán en el equipo los marbellíes Añón y Marcos Ruiz. Mañana se anunciará el nombre del nuevo entrenador que saldrá de una lista de siete u ocho candidatos. Por último, quiero resaltar que, una vez más, el club vuelve a recurrir a inversores foráneos para su viabilidad ante la continua falta de inversores locales que se impliquen con nuestro fútbol.
