Loren Morón dejó de ser el entrenador del Marbella FC tras presentar su dimisión, que fue aceptada por el club debido a la mala racha de juego y resultados que ha llevado al equipo a tener que luchar por la permanencia en la categoría. La situación era ya insostenible y el entrenador marbellí decidió que la mejor solución era dejar su cargo para que el equipo pueda reaccionar con otro técnico. Los malos resultados siempre son el motivo principal en los ceses y dimisiones de entrenadores, pero en este caso hay más razones que explican la decisión de Loren y que se han agravado o descubierto con la mala marcha del equipo. En el último mes y medio los blanquillos han sumado solamente dos puntos perdiendo cuatro partidos y han pasado de luchar por una plaza en la Copa del Rey a hacerlo para no bajar a tercera división. Esta situación, como es lógico, ha provocado nerviosismo y malestar en todos los estamentos del club: dirigentes, cuerpo técnico, plantilla y afición. Y todo ello se ha traducido en un progresivo mal entendimiento entre el entrenador y los jugadores, y también en un aumento tanto en cantidad como en tono de las críticas que siempre han acompañado a Loren esta temporada.
Como ya dije en otra ocasión, Loren ha recibido por ser marbellí más críticas de lo normal y la mayoría de ellas muy poco constructivas. Se le ha exigido más que a nadie a pesar de la plaga de lesiones y del bajo presupuesto del club para esta campaña. Al final, como siempre, los resultados mandan y ahora toca apoyar al nuevo entrenador, Aitor Larrazábal, que seguramente tendrá menos críticas por ser de fuera. Por último, me gustaría agradecer a Loren su total dedicación y su gran trabajo al frente del equipo salvándolo del descenso en la pasada temporada, y convirtiéndolo en la mayor parte de la actual en un conjunto muy difícil de batir.
