«Es un señor», con esas palabras retrataba el cura Pepe en su homilía a Pablo Moro recordando sus paseos matutinos por el paseo marítimo con un amigo común. Un discurso cargado de emoción que ha arrancado las lágrimas de los allí presentes. A las 14:00 horas se congregaron en la Iglesia de la Encarnación multitud de vecinos, amigos y familia del que fuese concejal del Ayuntamiento de Marbella para rendirle un último homenaje. Uno de los momentos más emotivos fue cuando el edil, Diego López, gran amigo de Moro, se acercó al féretro para ponerle sobre el ataúd la medalla que lucen los concejales de nuestro Ayuntamiento.
En la misa estuvieron presentes numerosos rostros conocidos. Toda la familia del Partido Popular de Marbella, tanto actuales concejales, como antiguos miembros de la Corporación quisieron dar su último adiós al edil.
También estuvo presente la ex alcaldesa de la ciudad, Ángeles Muñoz, que en 2.007 confió en Moro para formar parte de la candidatura con la que concurrió a las elecciones municipales.
El respetuoso silencio de los asistentes fue roto por el espontáneo aplauso de los asistentes cuando el cuerpo de Moro era portado para abandonar la Iglesia y ser trasladado al crematorio donde serán incinerados los restos del edil que descansarán en Málaga junto a los de su padre.