La tormenta política que rodea al ex número tres del PSOE, Santos Cerdán, continúa extendiéndose y ya alcanza de lleno al actual ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, quien ha sido señalado directamente por su antiguo compañero de filas durante su declaración ante el Tribunal Supremo.
Cerdán, imputado en el marco del caso Koldo y acusado de mantener vínculos con empresarios bajo sospecha por amaños en contratos públicos, trató de escudarse ante el juez Leopoldo Puente en un discurso victimista, alegando ser víctima de una campaña de “fango político”. Sin embargo, en su testimonio no solo reconoció sus propias gestiones con Junts en Bruselas para cerrar la investidura de Pedro Sánchez, sino que apuntó directamente a Bolaños como el encargado de negociar con ERC el respaldo independentista.
Las palabras de Cerdán no solo agravan el escándalo que envuelve al PSOE a nivel nacional, sino que reactivan las alarmas en el ámbito local. En pleno estallido judicial, el ministro Félix Bolaños se reunió en Madrid con los líderes del PSOE de Marbella, José Bernal e Isabel Pérez, esta última diputada nacional por Málaga. Una cita que ha generado inquietud en distintos sectores políticos por el contexto en el que se produce y la opacidad en torno a su contenido.
La reunión, celebrada lejos del foco mediático, no ha sido explicada públicamente ni por el ministro ni por los dirigentes socialistas locales, pese a que el partido atraviesa una de sus mayores crisis reputacionales en años. El silencio es aún más llamativo en el caso de Isabel Pérez, que forma parte del Congreso de los Diputados y sigue sin pronunciarse sobre los múltiples casos de corrupción que afectan a su formación, incluyendo la implicación de altos cargos y el uso de intermediarios como el empresario Antxon Alonso para pactar apoyos políticos.
El vínculo entre Santos Cerdán y Alonso, dueño de la empresa Servinabar e investigado en el caso Koldo, ha sido justificado por el ex secretario de Organización como una relación puramente política: según él, Alonso fue el “arquitecto” que ayudó a conseguir el apoyo del PNV en la moción de censura contra Rajoy. Sin embargo, el hecho de que Cerdán firmara un contrato privado para hacerse con el 45% de la empresa del imputado deja más sombras que certezas.
Con Bolaños ahora en el foco de la polémica y su estrecha relación con figuras locales del PSOE de Marbella evidenciada por su reciente encuentro con Bernal y Pérez, la preocupación crece sobre la influencia de estas redes políticas y sus posibles ramificaciones en municipios como Marbella.
Frente a las declaraciones de Cerdán, que intentan desviar la atención culpando a una supuesta “persecución” judicial, lo que toma forma es un entramado de contactos, favores y negociaciones opacas en el que Marbella podría no ser ajena.
Ni Bernal ni Isabel Pérez han condenado los hechos, ni han aclarado el propósito de su reunión con un ministro que, según el propio Cerdán, fue clave en los pactos con ERC que incluyeron la polémica Ley de Amnistía. Mientras tanto, el PSOE local sigue en silencio, aferrado a una estrategia de perfil bajo que solo alimenta las sospechas.