El PSOE de Marbella intenta maquillar su abandono histórico a la ciudad con una campaña propagandística sobre pantallas acústicas, mientras sigue sin invertir en las infraestructuras clave que la ciudadanía reclama desde hace décadas.
El secretario general del PSOE de Málaga, Josele Aguilar, junto a la diputada nacional Isabel Pérez, ha anunciado con gran entusiasmo la instalación de 28 pantallas acústicas en la A-7 y AP-7, valoradas en 13 millones de euros, como si se tratase de una gran conquista para Marbella. Sin embargo, esta medida, que afecta a un millar de inmuebles concretos, no resuelve ni de lejos los grandes déficits estructurales que el propio Gobierno de Pedro Sánchez lleva años ignorando.
Mientras los socialistas repiten que esta es la “segunda buena noticia” para la ciudad en poco tiempo, lo cierto es que no ha llegado ni un solo euro para espigones, ni para la estabilización del litoral, ni para grandes infraestructuras sanitarias más allá de reformas parciales del hospital sufragadas con fondos europeos.
Peor aún resulta escuchar al PSOE reclamar inversiones a la Junta de Andalucía cuando el Gobierno de España lleva más de una década sin ejecutar proyectos vitales como el tren litoral, la conexión ferroviaria de San Pedro o los accesos directos al Hospital Costa del Sol. Nada de esto aparece en los Presupuestos Generales del Estado ni en los planes estratégicos del Ministerio de Transportes.
Desde el PSOE se llega incluso a utilizar argumentos personales para atacar a la alcaldesa, desviando la atención de su propia falta de resultados tangibles en Marbella. La realidad es que los socialistas llevan años vendiendo humo, presentando estudios, informes y promesas que nunca se transforman en obras reales.
Marbella no necesita pancartas ni titulares vacíos: necesita inversiones estructurales, compromiso con su litoral, mejoras en movilidad y un impulso serio a su crecimiento. Y eso, con el Gobierno de Pedro Sánchez y su grupo socialista local, no ha llegado ni se le espera.
