El Marbella FC había encontrado antes del partido de ayer en Ibiza la solidez defensiva necesaria para realizar una buena y tranquila temporada sin por ello renunciar a objetivos más altos que la simple permanencia. Y es que el equipo local estaba creciendo mucho desde la defensa, algo fundamental en el siempre igualado grupo cuarto de la división de bronce y que le puede llevar a mejorar todavía más sus prestaciones a lo largo de la temporada si no se repiten actuaciones como la del último partido. Padilla, después de muchas pruebas, ya cuenta con un bloque ideal de jugadores para hacer la mejor alineación posible y en la zona defensiva están destacando sus cuatro integrantes principales.
En el centro de la defensa se está consolidando la pareja formada por Lolo Pavón y José Cruz, toda una garantía por su innegable experiencia en la categoría. Y en las bandas el rendimiento de Peris y del polivalente Marcos Ruiz está siendo extraordinario. En este punto quiero destacar la titularidad de este último, la cual se ha ganado con todo merecimiento gracias a su paciencia y a la confianza del entrenador. Hace tres temporadas ya llamó la atención de equipos de superior categoría pero el jugador local decidió seguir a pesar de la dura competencia que ha tenido en los dos últimos años.
Marcos Ruiz ha madurado mucho en todo ese tiempo y ahora por fin recoge el premio a tanto esfuerzo después de seis años en el primer equipo. A pesar de su juventud, ha vivido ya en el club todas las situaciones posibles y es un referente para la cantera blanquilla por su condición de jugador local. También es el orgullo de su anterior club, la Peña Los Compadres, que llegó a ser filial del Marbella FC en la época de su llegada al club blanquillo. En definitiva, es un ejemplo de compromiso y lealtad tanto a unos colores como a toda una ciudad.
