El Marbella FC jugó en el día de ayer su primer partido del año y de la segunda vuelta de la temporada ante el Mérida AD pero, más allá del resultado, quiero hacer un justo homenaje al nuevo entrenador que ahora dirige al equipo emeritense. Se trata del marbellí Loren Morón, que afronta una nueva experiencia como técnico en una ciudad que conserva un grandísimo recuerdo de su etapa como jugador en el desaparecido CP Mérida, uno de los antecesores del actual club de la capital extremeña y el primer equipo de la región que logró un ascenso a primera división. Loren, precisamente, fue uno de los héroes de ese histórico ascenso en 1995 junto con el entrenador Sergio Kresic, que dos años antes pudieron conseguir esa misma gesta con el antiguo Atlético de Marbella. Las injerencias del entonces alcalde, Jesús Gil, finalmente lo impidieron y el conjunto local acabó desapareciendo unos años después. Loren se retiró como jugador en el actual club marbellí a mediados de la pasada década y, ya como entrenador, logró en los últimos años dos objetivos vitales para su supervivencia como entidad: el ascenso a la división de bronce como mano derecha de Jaime Molina y la permanencia en la categoría un año después ya como primer entrenador.
Como suele ocurrir, su paso por el banquillo marbellí no fue justamente valorado por algún sector de la afición que siempre exige demasiado a la gente de casa. Los resultados al final son los que mandan pero su trabajo y dedicación fueron irreprochables en todo momento. No se puede decir lo mismo del entrenador al que sustituye en Mérida, Mehdi Nafti, que precisamente entrenó a los blanquillos la pasada temporada. El francotunecino logró siete victorias en los primeros siete partidos pero esa espectacular racha fue un éxito efímero, que se basó sobre todo en la calidad individual de los jugadores de la plantilla del año pasado.
