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sábado, abril 20, 2024
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Don José López Solórzano: “En Marbella, nuestros templos y calles están llenas y hay siete cofradías que procesionan con mucha dignidad y devoción la Semana Santa”

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Don José López Solórzano, Arcipreste de Marbella-Estepona, párroco de la Iglesia de la Encarnación, Capellán del Hospital Costa del Sol y director espiritual de once cofradías, afronta este 2019 el que será su año trigésimo primero de sacerdocio. Hombre humilde que reconoce que mantiene “la misma ilusión” que cuando empezó y que se considera “un hombre feliz”, afronta una nueva Semana Santa en la que, por las circunstancias políticas del momento, ha querido hacer una petición clara “más autonomía entre la Iglesia y la política”, reconoce que la proximidad de elecciones hará que sea “muy de cartel”. Por ello, pide un saber estar y distancia entre Iglesia y Estado y recuerda que “yo no pido el voto un domingo en misa”, esperando ser correspondido por los poderes públicos y que “ante todo que sea una Semana Santa religiosa”.

La llegada de la Semana Mayor del cristianismo ha llevado a Marbella Directo a mantener una entrevista con el que es más conocido para todos, y como muestra de respeto y cariño, como el Cura Pepe. La forma de vivirla desde la cristiandad, sus propias vivencias y, sobre todo, el valor único de la Iglesia como institución solidaria y espiritual centran esta conversación distendida que hoy les acercamos.

– Bárbara Sánchez: Llega una de las semanas más importantes en la vida de un cristiano, aunque a veces se llama la atención, incluso se ha hecho en algunos pregones, de que hay quienes aprovechan este momento para satisfacer su propio ego, pero ¿qué debe ser la Semana Santa para un cristiano?

– D. José López Solórzano: Para el cristiano, la Semana Santa es la más importante de nuestra vida cristiana, toda la fe del cristiano se centra en la Resurrección del Señor que es lo que se celebra. Una Resurrección que viene dada por su Muerte provocada por su Pasión. Después, hay muchas maneras de celebrarlo según la cultura, el país donde ha nacido e incluso, la región, Andalucía es una tierra muy rica en expresar con mucho sentimiento aquello que ocurrió. En otros lugares u otros países no existe esa realidad cofrade, pero sí existe la celebración. Muchas veces lo que ocurre es que se corre el peligro de que el hecho de celebrar tan esplendorosamente las manifestaciones de fe empobrecen u ocultan lo que realmente es importante que son las celebraciones.

B.S.: ¿Es Marbella una ciudad realmente con sentimiento cristiano o se queda un poco en ese boato?

J.L.S.: Marbella es una ciudad muy compleja porque confluyen personas de muchos lugares, entonces es muy difícil meter el bisturí. Cuando hablamos de Marbella, ¿de qué hablamos? de la gente que vive en Marbella, las que son de Marbella, los que vienen a celebrar la Semana Santa… Lo que si es verdad es que nuestros templos en Marbella están llenos, es verdad que las calles de Marbella están llenas y es verdad que en Marbella hay siete cofradías que procesionan con mucha dignidad y devoción la Semana Santa.

B.S.:  Se ha denostado mucho la imagen de la Iglesia y en ocasiones parece que se habla poco de su solidaridad que, sin embargo, es la que más peso tiene

J.L.S.: Es verdad que la iglesia últimamente se ha denostado mucho, a los medios y a algunas personas sólo les interesa hablar mal. No sé porqué si es una de las instituciones más antigua de la humanidad y siendo una de las instituciones que más bien hace a las personas, no sé quién está intentando desvirtuarla o desacreditarla tanto, no entiendo porqué, el caso es que no lo consiguen porque los templos están llenos la gente sigue viniendo a la iglesia, porque la gente sigue celebrando los sacramentos. Esa misma gente que, a veces, en los corrillos habla mal, después vienen y bautizan a su hijo, se casan por la Iglesia, entierran a sus padres, están en las cofradías… A veces, somos muy hipócritas, incluso con la propia Iglesia.

B.S.: De hecho, el pasado fin de semana, en la homilía ya habló de algunas acciones solidarias que se llevan a cabo como la ayuda que la Diócesis de Málaga está prestando en Venezuela.

J.L.S.: Está de moda hablar mal de la Iglesia pero, sin embargo, este domingo, sólo la Iglesia de Málaga ha reunido unos cuantos millones de euros para mandarlos a Venezuela. Caicara del Orinoco, es atendida por tres sacerdotes de Málaga, me parece que es emocionante. Nosotros estamos siempre donde hay una situación de dolor, de conflicto, de pobreza; les guste más o les guste menos hay una huella de Díos, y nos guste más o nos guste menos, la huella de Dios que hay en la historia, los zapatos, son de la iglesia. Dios pisa en la historia a través de la Iglesia.

B.S.: Además, ¿son muchas las actividades que se realizan con las Hermandades?

J.L.S.: Yo le pido a las cofradías que me den cuánto han ayudado, por ejemplo, a Caritas. Muchas veces se nos critica el lujo, la gente ve un dorado y se cree que es oro. En la vida también existe la purpurina o existe el oro metálico, que no es oro de 28 quilates. Es verdad que hay un patrimonio que hemos recibido de nuestros antepasados, pero, me hizo gracia el otro día el Papa Francisco cuando en la entrevista con Jordi Évole dijo que él no vive en un palacio, él vive en un museo. A veces vivimos en museos, esto no es una riqueza, la propiedad de la Encarnación no es una riqueza, es un problema porque hay mantenerla. Yo creo que es uno de los edificios más cuidados y más visitados de nuestra ciudad pero que estamos costeando los católicos para el disfrute de todo aquel que quiera venir. Es verdad que la iglesia está en la vanguardia de la miseria humana y ahí estaremos les guste o no les guste, hablen mal de nosotros o hablen bien, nos quieran tirar a los leones o nos quieran encerrar. A través de la historia hemos sido siempre carne de leones.

B.S.: Se le reconoce mucho la capacidad que ha tenido para convertir la Iglesia de la Encarnación en una catedral, ¿Cómo se consigue algo así?

La iglesia de la Encarnación se puede mantener porque está todo el día abierta. Eso hace que los creyentes podamos venir a rezar a cualquier hora, eso ya es una riqueza para la Iglesia. Para el turista también es un atractivo la gente entra, visita, y la gente es generosa. La entrada es gratuita, pero la gente que entra, muchas veces reza, y un gesto de rezar es encender una lámpara una velita. Seguimos ofreciendo la posibilidad de que aquellos que quieran puedan acceder a los sacramentos, si libremente quieren, nadie está obligado. Nosotros abrimos las puertas y tocamos las campanas y el que quiera bien y el que quiera no. Aquí viene mucha gente y es generosa cuando recibe un servicio, la gente colabora con el mantenimiento del templo. Con el poquito de muchos colaboramos con las necesitados, ayudamos a los demás y mantenemos el templo.

B.S.: En Marbella hay también un importante movimiento cristiano de jóvenes en el que creo que usted, también ha tenido mucho que ver.

J.L.S.: Ahora mismo estamos recuperando, yo he aprendido en la Iglesia, de los sacerdotes con los que he ido, sobre todo, cuando era joven, a ser paciente. Lo que hoy parece una cosa es cuestión de esperar. Ha habido un grupo de jóvenes que quizás en un momento ha entendido las cosas de una manera y es cuestión de esperar, yo evito siempre la confrontación y la discusión. Este es mi despacho, mi lugar, intento ser un hombre de paz y sí es verdad que ha habido jóvenes que se han situado un poco más al margen y ahora se han dado cuenta de que aquí dentro hay posibilidades de que estén y que podemos construir juntos y es un grupo jóvenes que está ayudando desde dentro a ir construyendo y eso es muy bonito.

B.S.: Tiene ya un amplio recorrido en la Semana Santa de Marbella, ¿hay algún momento que recuerde de forma especial?

J.L.S.: Recuerdo las primeras Semanas Santas aquí en Marbella. Hemos tenido un cambio importante, gracias a las personas que han estado y que están. La Semana Santa en Marbella era como una maquinaria que estaba un poco oxidada, había estatutos que había que reformular, había cabildos que había que reinventar, listas de hermanos que había que desempolvar, había que volver a lo que la Iglesia establece. Había que reactivar todo este proceso y, es verdad, que se ha hecho con mucha normalidad y se ha hecho con mucha tranquilidad, en las cofradías se han dado cuenta de que ha habido una época y ahora la Iglesia nos pide que eso no sea así. Una persona debe ser hermano mayor cuatro años más cuatro años y los hermanos deben ser elegido democráticamente con unas urnas a voto cerrado y con papeletas, no a dedo, y eso se está haciendo, hoy por hoy, en todas las hermandades.

B.S.: Época también de pregones, el pasado fin de semana fue el de Manuel Lavigne, pero habrá vivido ya muchos, e incluso, le ha tocado ser pregonero. ¿Algún pregón con el que se quede?

J.L.S.: Todos los pregones dejan su huella porque un pregón sale desde el corazón, hay algunos que por vivencias te llegan más. Pero es verdad que espero que en un pregón no haya tanto alrededor, un pregón es eso, pregonar, hablar a la Semana Santa. Yo he sido pregoneros de sitios en los que ya no estaba, no me gusta pregonar la Semana Santa de donde estoy. Sí me tocó presentar a Manolo y fue lo que dije, que sería un pregón de pellizquito, todos los que estuvimos allí pudimos sentirlo en algún momento.

B.S.: Para concluir, ¿que es lo que espera de la próxima Semana Santa?

J.L.S: Quiero, ante todo, que sea una Semana Santa religiosa y la próxima va a ser muy de cartel, pero debe ser una expresión de fe. Sé que por el momento va a haber muchos políticos que van a querer estar, pero debe haber aún mayor separación entre la política y la Iglesia, yo no voy los domingos a misa a pedir el voto.

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