La chirigota de San Pedro-Estepona endulzó anoche el Teatro Cervantes, que acogió la primera semifinal del Concurso Oficial de Agrupaciones de Canto del Carnaval de Málaga, y no solo por los gofres que lanzaron al público sino porque fueron capaces de conectar con el respetable y hacer que estos los despidiese en pie coreando a la agrupación.
Sampedreños y esteponeros volvieron a desgranar los avatares vividos en su puesto de feria. Tras la presentación, pasodoble a las abuelas, que son el mejor regalo que a uno le puede tocar, y el segundo una autocrítica a los carnavaleros, a su ego y a las rivalidades, pidiendo un cambio y respeto entre ellos.
Primer cuplé al cuñado, personaje al que no le faltan letras por carnavales aunque, de nuevo y como ya ocurriese con el que le cantaron a Pablo Motos, no se desvelaría hasta el final que la perorata política era la que les dio a ellos tan peculiar protagonista de los eventos familiares, en esta ocasión la cena de Nochebuena. El segundo, al periodista de Diario Sur, Juan Soto, y a cómo narró los problemas vividos en la Fundación del Carnaval.
Apuntan alto estos patitos que quieren colarse en la gran final con esta idea original que no deja indiferente. Méritos han hecho, queda esperar al próximo miércoles para saber si cuentan con el beneplácito del jurado y el próximo viernes volver a cantar en la final del COAC 2023.
