La altura otorga otra perspectiva para verlo todo. Así que desde una Sierra Nevada donde por fin ha llegado la primavera, Luis Ángel Maté se concentra para pensar en sus siguientes objetivos. No han sido días buenos para el ciclista marbellí por la pérdida de un gran amigo como Michele Scarponi, pero toca seguir adelante y terminar la puesta a punto para el tramo central de una temporada atípica pero en la que, por fin, en el mes de abril volvió a sentirse ciclista. Maté completó por fin un bloque de competiciones sin contratiempos entre País Vasco y las Ardenas. En la cita vasca, además, tuvo su cuota de protagonismo con una fuga en la segunda etapa: “Había trabajado mucho en casa, pero no tenía ninguna chispa y sobre todo en la Itzulia he podido cogerla. Llegaba además muy a contracorriente, porque la gente ya está rodada en abril y yo venía de cero, así que me costaba. Por tanto debo quedarme con lo positivo, y sobre todo acumular días de competición que le den un plus a mi condición física”, arguye Luis. De hecho, en las clásicas la situación ya era otra: “Me encontraba mejor, más hecho. En Brabantse y sobre todo en Flecha Valona, donde noté que ya tenía otro tono en las piernas”. Sin embargo, en Lieja simplemente su cabeza estaba en otra parte: “Simplemente no estaba bien. Con la desgracia de Scarponi ni siquiera dormí. Mentalmente estaba fuera de la carrera, sólo pensaba en él y en su familia”.
Ahora entrena con tranquilidad y un tiempo muy agradable en la sierra, lejos del estrés de las pobladas carreteras de costa. Allí lleva ya una semana y seguirá otra más hasta el día 10: “Tengo que agradecer una vez más el trato que me están dando en el CARD, que además es excelente desde el primer día que vine hace ya muchos años. Las condiciones para entrenar ahora son muy buenas, la temperatura es óptima y estoy cargando bien para coger el punto de forma de cara a California”, explica.
Y es que a partir del próximo día 14, Luis ‘pondrá la bandera’ en un nuevo país y correrá por primera vez en Estados Unidos, en el Amgen Tour of California. Una carrera que tiene “unas ganas enormes” de descubrir y de la que todo el mundo le habla “verdaderas maravillas”. El día 10 volará a París y, desde allí, saldrá dirección a San Francisco con el resto del equipo. La prueba, que se disputa sobre siete etapas desde el 14 al 20 de mayo, ha entrado por primera vez en el World Tour.
Será la primera vez que Luis la dispute en una temporada que está resultando muy distinta a las que tiene por costumbre. Algo que, lejos de incomodarle, le motiva: “No me descuadra nada, al revés. Va bien cambiar cosas de vez en cuando, después de siete años haciendo los mismos bloques y cargando y descargando las mismas semanas. Tanta rutina también cansa. En otras circunstancias ya estaría parado y en cambio aquí estoy, de concentración y buscando mejorar mi forma para un objetivo nuevo. Ya el año pasado cambié algunas cosas en mi preparación. Meter aire fresco siempre es positivo”, remata el ‘Lince Andaluz’, que espera volver a su nivel habitual en la cita norteamericana y mostrarse atacante, combativo y decisivo en labores de equipo, como a él le gusta.