En los años 70 llegaba a la parroquia Virgen Madre de Nueva Andalucía el sacerdote Manuel Torres Rubio, donde desempeñó su labor como clérigo durante 40 años. El sacerdote falleció el pasado noviembre, a los 78 años. Se convirtió en una pieza clave de la historia de la propia zona, así como entre los propios vecinos de esta área del municipio. Hoy el Ayuntamiento de Marbella ha querido reconocer a este párroco poniendo su nombre a una calle, una aprobación que ha salido adelante con los votos a favor de todos los grupos de la Corporación, a excepción de Podemos, que ha votado en contra de la misma. Ya los populares llevaron esta petición al Pleno de noviembre, tras el deceso del sacerdote, una petición elevada por el edil José Eduardo Díaz a petición de los vecinos y colectivos de Nueva Andalucía; él mismo, ha destacado hoy en el Salón de Pleno la figura de Torres Rubio al igual que ha hecho el teniente alcalde de este distrito, Manuel García. No en vano, el párroco fue esencial en la historia del que es uno de los grandes núcleos de población de Marbella, como son Nueva Andalucía, El Ángel y La Campana.
Manuel Torres Rubio nació el 10 de agosto de 1938 y fue ordenado sacerdote, el 23 de febrero de 1964. Su primer destino fue como diácono colaborador en Puerto de la Torre y vicario parroquial de Álora. Tras su paso por Montejaque, Benaoján y Montecorto, en 1971 llegó a la parroquia Virgen Madre de Nueva Andalucía, donde fue párroco casi 40 años.
Durante este periodo, recibió nuevos encargos como capellán de la Cruz Roja de Marbella, miembro del Consejo de Asuntos Económicos y del Consejo Pastoral Diocesano, arcipreste de Marbella-Estepona (1992-2003), delegado diocesano de Pastoral del Turismo y, desde 2003, vicario episcopal territorial para la Costa del Sol Occidental. En 2009 fue nombrado párroco de Santa María de la Victoria, en la capital malagueña donde ejerció hasta su retiro por motivos de salud.
