Acabamos de empezar 2017, un año muy especial para el Marbella FC ya que el próximo mes de agosto la entidad blanquilla cumplirá veinte años desde su fundación. En otra ocasión ya hice referencia a este aniversario pero veo necesario reiterarlo para que se celebre como es debido. Y es que no ha sido nada fácil para el club sobrevivir durante estos veinte años por la inestabilidad financiera que ha padecido casi desde el principio, una situación de incertidumbre que por fin ha quedado atrás con la llegada a la entidad de Alexander Grinberg, y del resto de los inversores rusos que le respaldan, hace justo cuatro años. El pasado verano se reforzó esa estabilidad financiera gracias al nuevo socio italiano del presidente Grinberg, el empresario romano Raffaele Pandalone. Este respaldo económico además ha permitido construir una plantilla de gran calidad que aspira a pelear por el deseado ascenso a la división de plata y más tras la prometedora primera vuelta que ha realizado.
Pero aún no logro entender los recientes cambios en la dirección deportiva,parcela directiva en manos del inversor italiano,ya que el destituido Alessandro Gaucci fue el que diseñó y creó el actual equipo trayendo a jugadores tan importantes como Kike Márquez o Andrés Sánchez entre otros.
De todas formas, confío plenamente en las decisiones del presidente del club,que ha demostrado mucha seriedad en estos cuatro años y ha culminado con éxito la conversión de la entidad en sociedad anónima deportiva.
Mi confianza además es plena tras ver pasar por el club a diversos inversores que prometían mucho a su llegada y luego no cumplían casi nada espantando, a su vez, a posibles empresas que pudieran respaldar la inversión.
El club por fin se está modernizando y profesionalizando, algo absolutamente fundamental en su objetivo de llegar a segunda división y permanecer en ella con cierta estabilidad.
