Javier Añón sigue haciendo historia en el Marbella FC al alcanzar los 200 partidos oficiales como jugador blanquillo en el último encuentro disputado en casa, que acabó con una importante victoria ante el Talavera de la Reina. Antes del partido, el capitán marbellí recibió de manos del presidente Grinberg una camiseta conmemorativa que reconoce un hito histórico más que sumar a su exitosa hoja de servicios como futbolista del primer equipo de su ciudad. Los aficionados que le vimos debutar hace trece años ante, precisamente, el antiguo Talavera nos sentimos muy orgullosos de su trayectoria en el club, que al principio fue difícil ya que tuvo que irse en dos ocasiones.
El periplo de Añón fuera del equipo de su vida le ayudó a curtirse como jugador y en 2012 regresó definitivamente para triunfar convirtiéndose en todo un referente de la afición por su calidad y su enorme trabajo en el campo. Siempre se ha ganado la confianza de los entrenadores que han pasado por el club después de su vuelta definitiva y, desde que fue nombrado capitán, ha sabido crear un buen ambiente en un vestuario que cada año cambiaba y sigue cambiando en su práctica totalidad. Además, fue el gran héroe del último ascenso a Segunda B al anotar el gol decisivo en la eliminatoria ante el Eldense.
Añón ha entrado por la puerta grande en la historia del club blanquillo junto a leyendas como Alejandro Ávila, Dani Sánchez o Carlos Rivera, que aún le superan en número de partidos. Como capitán tiene todavía cuerda para rato ya que cada temporada sigue marcando goles decisivos y trabajando como el que más. Personalmente, puedo constatar también su extraordinaria calidad humana que hace mucho más grande su figura y que le ha servido para ganarse, además del respeto, el incondicional cariño de la afición local.
