El Marbella FC está viviendo un gran momento deportivo a pesar de sus problemas institucionales y ya está peleando con los mejores equipos del grupo cuarto de la categoría de bronce. El objetivo de la temporada en principio era lograr la permanencia sin apuros y formar un bloque de jugadores para varios años que intantase el ascenso a medio o largo plazo, aunque el gran juego del equipo y los buenos resultados que está obteniendo en los últimos partidos demuestran su potencial para aspirar a cotas mucho más ambiciosas. La plantilla tiene la calidad suficiente para ganar a cualquier equipo y más en una competición tan igualada como la presente a pesar de la clara superioridad económica de clubs como el Extremadura, el Cartagena, el Real Murcia o el UCAM. Este gran momento del equipo local tiene además mucho más mérito que en circunstancias normales. Y es que la detención del presidente del club hace casi dos meses llenó de incertidumbre al equipo y a la afición ante el oscuro futuro que se cernía sobre la entidad blanquilla. En un primer momento se temió que la situación pudiera afectar negativamente al rendimiento del equipo y dos derrotas seguidas parecieron confirmar ese temor. Sin embargo, la plantilla se rehízo enseguida demostrando una gran unión que le ha ayudado a ser un equipo más fuerte y a conseguir muy buenos resultados.
La goleada por 3-0 ante un duro rival como el Écija fue un fiel reflejo del buen momento del cuadro local. Hacía mucho tiempo que no se le veía jugar a tan gran nivel desbordando al conjunto sevillano en una segunda parte para enmarcar. Para llegar a este ilusionante momento también ha sido vital la ayuda de Teo Bravo y Jorge Rodríguez de Cózar, director general y director deportivo del club, que han aportado tranquilidad y soluciones para que todo siga funcionando con normalidad mientras se resuelve la situación judicial del presidente.