Aprovechando el inédito partido de la última jornada del grupo cuarto de Segunda B entre el Marbella FC y el filial del Cádiz CF, que se jugó en el Campo Ramón Blanco de la Ciudad Deportiva Bahía de Cádiz, quiero hacer un merecido homenaje al fallecido entrenador que fue toda una institución en el club cadista, primero como jugador y luego como técnico en tres etapas, dando nombre al campo principal de las instalaciones donde entrenan y juegan todos los equipos de la entrañable entidad gaditana. El entrenador gallego de nacionalidad hispanoargentina también pasó por el banquillo del antiguo Club Atlético de Marbella en Segunda División a mediados de los años noventa del pasado siglo salvándolo del descenso en dos ocasiones.
Ramón Blanco llegó a nuestra ciudad en noviembre de 1993 sustituyendo a Floro Garrido al frente del histórico equipo local que militó en la división de plata durante cuatro temporadas consecutivas. El club presidido por Antonio Serrano afrontaba su obligada conversión en sociedad anónima deportiva con la ayuda del Ayuntamiento y su posterior venta a inversores interesados después de una primera temporada en la que se llegó a soñar con el ascenso a la máxima categoría. El técnico gallego sacó con mucho esfuerzo al equipo de la zona de descenso logrando la permanencia matemática en la penúltima jornada.
Mientras tanto el club local fue finalmente vendido al presunto magnate serbio Slobodan Petrovic, que por desgracia acabó hundiéndolo, y Ramón Blanco no entró en su ambicioso proyecto para la siguiente temporada. Sin embargo, la poca seriedad y el excesivo intervencionismo del nuevo presidente acabaron pronto con las ilusiones. Después de cesar a cuatro entrenadores, en enero de 1995 volvió al banquillo Ramón Blanco durante varias jornadas regresando en abril a petición de los jugadores tras la marcha de Petrovic y salvando al equipo otra vez del descenso, un logro que no pudo repetir una campaña después siendo cesado en noviembre de ese mismo año.
