El Ayuntamiento de Marbella ha solventado con una sola actuación varios problemas que se generaban en la transitada calle Fuengirola, en pleno puerto La Bajadilla. A través del Plan de Urbanizaciones y Paseos Marítimos y Accesos a las Playas, ha embellecido una vía deteriorada por el paso del tiempo y en la que estaban obligadas a convivir las terrazas de los populares bares de “pescaíto frito” del recinto portuario; los propios vecinos, la mayoría de ellos, habitantes de las casas de los pescadores; y los coches que circulaban por ella.
Ahora todo es mejor para todos. Ha bastado un mes y medio para comprobarlo. Los vecinos no padecen el ruido de los coches y en buena lógica, están más seguros. Lo mismo ocurre con los restaurantes y sus clientes. Los camareros circulan con tranquilidad para servir en las mesas y los comensales tienen más y mejor espacio; antes, los vehículos pasaban a menudo rozando sus sillas, llegando incluso a tener que levantarse. Luego está el beneficio obvio para los turistas, que pueden continuar andando por el “mismo” paseo marítimo, sin tener que desviarse hacia calle Guadalete o aventurarse a atravesar los 220 metros ahora remodelados.
Las trabajos, ejecutados por la experimentada y solvente UTE formada por Eiffage Infraestructuras y Conacon, se han traducido en 2.500 metros cuadrados más de un moderno paseo marítimo, en consonancia con el que luce en la zona previa en calle Alfonso Cañas Noguera: losas de mármol travertino, de mármol rojo alicate y cenefa de mármol blanco. Aprovechando la actuación, se ha cambiado la red de pluviales para que ahora el agua de las lluvias evacúe mejor, y se ha acabado con esa fea imagen que suponían los cables y tubos de electricidad y comunicaciones colgando por las fachadas y la propia calle.
El siguiente paso para seguir favoreciendo la seguridad y el disfrute de la ciudadanía, será ejecutar una obra similar en la zona de las casetas de los pescadores, con el propósito de que tanto los viandantes como los propios hombres del mar tengan espacio suficiente; los primeros para pasear, los segundos para sus quehaceres con sus útiles de trabajo.
