La alcaldesa, Ángeles Muñoz, invitó este sábado, en la Iglesia Nuestra Señora de la Encarnación, a los vecinos de Marbella “a vivir con intensidad y emoción la Semana Santa de la mejor ciudad del mundo”. La regidora, en un sentido y emotivo pregón, rememoró sus sentimientos y devociones en la Semana de Pasión y reconoció la labor de las hermandades “para hacer aún más grandes estas jornadas”.
“Quiero agradecer a la Agrupación su generosidad por nombrarme pregonera, una tarea que asumo con la máxima responsabilidad y orgullo, porque no hay nada más relevante para alguien que ama la Semana Santa”, comentó la alcaldesa, quien añadió un reconocimiento “a las personas que han hecho a lo largo de los años grande estas jornadas de pasión en Marbella, sin olvidar la labor callada de las hermandades con los más vulnerables”.
Muñoz, que tuvo un emocionante recuerdo a Pablo Ráez en su intervención, también resaltó “los momentos únicos que dejan los desfiles procesionales en nuestra ciudad” y señaló al inicio del pregón que “hoy quiero abriros mi alma, contaros mis recuerdos y experiencias compartidas en esta ciudad, única e irrepetible, que me acogió como una madre perfecta”. La primera edil, recordó“los momentos entrañables que he vivido con vosotros, y que guardo con orgullo, no como alcaldesa, sino como una cofrade más, que, llegada nuestra Semana Grande, siento y padezco en los días de lluvia, tan deseada el resto del año, que disfruto con las calles llenas de gente y me emociona ver a los niños jugar con sus bolas de cera y sentir ese pellizco cuando suenan cornetas y tambores”.
Remarcó que su sentimiento cofrade aunque “nació en Córdoba, de la mano de mis padres, se refuerza y hace grande en Marbella” e hizo un recorrido, en el grueso de su intervención, por cadajornada de la Semana Santa de Marbella, desde el Domingo de Ramos al de Resurrección, anotando sentimientos, anécdotas y recuerdos a cada día y ensalzando la labor de todas y cada una de las cofradías y hermandades de la ciudad.
La alcaldesa cerró el pregón con estos versos:
Llegan los días más grandes,
preludio de celebración,
de sentimiento cofrade,
de fe que no se quebranta,
de aroma a incienso y azahar,
¡al hombro la Semana Santa!
Entra Jesús en Marbella.
Y saldrán y brillarán
La Pollinica,
La Columna, Santa Marta,
Calvario, Cristo del Amor,
Nazareno, Santo Sepulcro
La Soledad, y Resurrección.
Cierro las páginas,
mi pregón termina
con un último ruego:
Vente conmigo Marbella
a pregonar nuestra fe
a la luz de las estrellas,
a acompañar a Jesús,
a consolar a María,
a mostrarle nuestro amor,
a gritar con todo el alma
que Cristo es hijo de Dios.
No existe ciudad mejor
para vivir su Pasión,
para cumplir las promesas,
ni existe orgullo mayor
que ser de ella alcaldesa.
Emoción en la garganta,
salvo el honor de pregonar
nuestra Semana Santa.