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martes, diciembre 10, 2024
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Fiel custodia de la Legión al Santo Sepulcro en el Viernes Santo marbellí

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Como cada Viernes Santo el IV Tercio de la Legión Alejandro Farnesio de Ronda se encargó de velar y escoltar la imagen del Santo Sepulcro en la iglesia de la Encarnación, de 13:00 hasta las 15:00 horas, desde donde a última hora de la tarde sería trasladado por los legionarios hasta la Hermandad del Nazareno en la plaza que lleva el nombre del Sagrado Titular para colocarlo en el trono antes de salir en procesión. La guardia legionaria y el traslado hacen de la jornada de Pasión del viernes un día cargado de emociones en el que los marbellíes vuelven a las calles de la ciudad para vivir con intensidad la Semana Santa.

Antes del traslado y de los últimos preparativos, una comitiva de autoridades religiosas y militares, encabezada por el Hermano Mayor del Nazareno, Juan Pedro Pérez Duarte, se desplazó hasta el Ayuntamiento para pedir el pendón de la ciudad. Acto tras el cual se procedió al traslado de la imagen hasta la plaza del Santo Sepulcro por la Legión mientras cantaban el ‘Novio de la Muerte’.

Máximo respeto y solemnidad en los actos que procedieron a la salida procesional, en los que se nombró y reconoció a los fallecidos vinculados a la Hermandad procediéndose a colocar un placa con el nombre de cada uno de ellos en el trono del Santo Sepulcro y en los que se entregó la medalla del Nazareno a distintos miembros militares y de la Corporación municipal.

Tras estos reconocimientos el Santo Sepulcro hacía su salida y una vez en la plaza la Hermandad del Nazareno entregó un reconocimiento al Teniente Coronel, D. Rafael Vidas Agrista, nombrado Mayordomo de Honor, un gesto que el mando militar agradeció entregando al Cristo un chapiri y una medalla que había recibido recientemente para que las portase el Santo Sepulcro.

Antes de que el trono partiese al encuentro con sus fieles desde el balcón de la Casa Hermandad, Mari Carmen Molina, le dedicó dos saetas, la primera en homenaje a Antonio Sánchez, ‘el ciego del barrio’, que cada año le cantaba una saeta al Santo Sepulcro.

Una vez finalizadas el Santo Sepulcro tomaba rumbo hacia la plaza de la Iglesia, donde cientos de fieles esperaban para verlo y contemplar la salida de la Soledad, que bajo un absoluto silencio y acompañada por 65 horquilleros, 50 mantillas y 300 nazarenos vestidos íntegramente de negro, salió de la Encarnación. Previamente, en el templo, Diana Navarro le dedicó una saeta en el interior de la iglesia, a oscuras, repleta de feligreses.

Con los dos tronos en la calle se continuó con el recorrido oficial que tocó a su fin en la plaza de la Iglesia con el encuentro de las imágenes antes de ser encerradas y concluir un Viernes Santo que volvió a impactar por su solemnidad y respeto.

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