«Marbella no funciona”. Con tan sólo estas tres palabras, la presidenta del PP local, Ángeles Muñoz, definía hoy el balance de estos últimos seis meses de gestión del tripartito desde que José Bernal accediera a la Alcaldía, con la connivencia de IU, OSP y el apoyo de Costa del Sol Sí Puede. A su juicio, la gestión municipal pasa por una clara “debilidad” que se deja sentir en servicios tan directos y esenciales para una ciudad como es la limpieza y el mantenimiento de jardines, una queja a la que no sólo dan voz los populares, sino que también lo hacen colectivos sociales y vecinales. “Sólo hay que darse una vuelta por el Paseo Marítimo o el centro, Marbella nunca ha estado tan sucia y abandonada”. Para Muñoz la del tripartito es una “política de gestos, de postureo y de nula gestión”, que además de en la limpieza, también se hace latente en asuntos tan trascendentales como el económico, el urbanístico e incluso en el ámbito laboral del Ayuntamiento.
En el caso del primero, el máximo ejemplo que la presidenta popular ponía hoy sobre la mesa atañe a los presupuestos municipales, unas cuentas generales para 2016 que aún no han sido aprobadas, y que se convierten así en los primeros presupuestos prorrogados desde la era GIL, a lo que se une, que también es la primera vez, en los últimos ocho años, que el Ayuntamiento no celebra el Pleno Ordinario de Diciembre. “En vez de empezar a trabajar se han dedicado a intentar justificar su incompetencia, haciendo una política sin consenso, rigor, seriedad y participación basada en la falsedad”, lamentaba Muñoz, quien además subrayaba la economía saneada en la que su equipo de Gobierno ha dejado al Consistorio, con un superávit de 48 millones de euros, una situación totalmente antagónica a la que ellos se encontraron a su llegada, con unas cuentas municipales prácticamente en bancarrota.
Precisamente con respecto a la economía municipal, la popular indicó que “no sirve que el tripartito intente justificar la falta de presupuesto” para la integración de los empleados de los Organismos Autónomos Locales (Oales) a la estructura municipal, instándole a que deben “priorizar” en que emplean las partidas. En este sentido, quiso recordar que a su llegada a la Alcaldía, Bernal “pagaba cinco millones de euros” al abogado que prestó sus servicios jurídicos al Ayuntamiento cuando gobernaba el PSOE, en la época anterior al GIL, unos honorarios que no fueron abonados en su momento “en vez de convocar un concurso público para la asesoría jurídica como hizo el PP. Que no diga que no hay dinero para unas cuestiones, cuando sí las hay para otras”.
Pero esta “debilidad en la gestión” y en la propia elaboración de los presupuestos no es el único problema al que se enfrenta el tripartito y que el PP ha puesto hoy sobre la mesa. El Urbanismo es otra de las patatas calientes, mucho más después de las dos sentencias del Tribunal Supremo que anulan el Plan General de 2010, un aspecto tan esencial para el desarrollo y la confianza de inversores en Marbella. Muñoz lamentaba hoy que, al margen de una primera reunión en Junta de Portavoces, ni el tripartito, ni los representantes de la Junta, se han puesto en contacto con ellos para informarles de la hoja de ruta a seguir de cara a la aprobación de una norma transitoria anunciada por el Gobierno andaluz, un asunto que debe contar con “el apoyo de todos”.
UNA COLABORACIÓN LEAL
Por ello, hoy ha ofrecido el apoyo “claro y expreso” de su partido y una colaboración leal al tripartito para que en seis meses “no se pierda todo lo que se ha hecho en los últimos ocho años”. Les ofrece así su experiencia en gestión, después de haber sido también, la del PP, la lista más votada en las últimas elecciones municipales. Y es que a su juicio la gestión llevada a cabo durante este último medio año por el actual equipo de Gobierno es “muy débil”, donde además suspende, según dijo, en Política Social. “Este tripartito no tiene sensibilidad social”, señalaba Muñoz, quien ponía como ejemplo la situación por la que pasa la Asociación Ser Humano, que cerrará su comedor social en los próximos días, una actuación que daba servicio a unas 400 familias diarias.
