El Estadio Antonio Lorenzo fue testigo en el día de ayer del reencuentro de la afición blanquilla con uno de los héroes del último ascenso a la categoría de bronce, Airam Benito, que volvió a nuestra ciudad como jugador del equipo visitante, la Real Balompédica Linense. El canario dejó un recuerdo imborrable en la temporada y media que estuvo en el Marbella FC tanto por su calidad futbolística como por su gran carisma personal convirtiéndose en uno de los jugadores más queridos por los aficionados. Airam, además, se integró plenamente en el club local y en la ciudad hasta el punto de ser uno de los referentes del vestuario en el regreso a Segunda B cuando la plantilla se modificó en gran medida tras el deseado ascenso.
Sin embargo, su feliz estancia en el club blanquillo se vio truncada con la llegada de Pablo Alfaro como entrenador del equipo tras el cese de Jaime Molina, su principal valedor. El técnico cántabro decidió prescindir de Airam a pesar de su importancia en el once titular optando por el fichaje de centrocampistas menos creativos y ello forzó su injusta salida del club en el mercado de invierno para evitar así la más que segura ausencia de minutos en el terreno de juego.
Cinco años después de aquellos hechos, Airam Benito aún se arrepiente de haberse ido del club local pero las circunstancias de entonces le obligaron en contra de su voluntad, e incluso el presidente Grinberg intentó convencerle para que se quedase. Y, viendo las innumerables muestras de cariño que recibe cada vez que vuelve a nuestra ciudad como jugador visitante, no es de extrañar ese arrepentimiento. En definitiva, su huella sigue siendo imborrable por su valía como persona y por abrir el camino, con un gol salvador, hacia el presente momento de esplendor del club blanquillo.
