El Estadio Municipal de Marbella se está cayendo literalmente a trozos y su estado de deterioro es cada vez más alarmante. Esta situación viene de muy lejos ya que desde 2009 sus fondos permanecen cerrados e inutilizados por riesgo de derrumbe, pero ahora la situación se está volviendo insostenible al extenderse el deterioro a las zonas de preferencia y tribuna poniendo en peligro la seguridad de los espectadores. De hecho, en los dos últimos partidos en casa del Marbella FC se ha vuelto a romper una zona del graderío, sin daños personales afortunadamente, y muchos aficionados sintieron vibraciones inquietantes en otra zona.
Ante un posible ascenso de categoría del primer equipo de la ciudad, la situación es aún más preocupante ya que la instalación no está en condiciones para acoger partidos de la Liga de Fútbol Profesional. El problema tiene difícil solución y todo apunta a que habrá finalmente que derruir el estadio construyendo uno nuevo en la misma ubicación o en otro lugar. El Ayuntamiento ha reparado en lo posible los desperfectos en los últimos años y el propio club blanquillo ha invertido 90000 desde la llegada de Grinberg en varias reformas, aunque la gravedad del deterioro ya exige soluciones drásticas.
Ascienda o no el Marbella FC, la seguridad de los espectadores y usuarios del recinto deportivo debe ser la principal prioridad en estos momentos así como la buena imagen exterior de la ciudad. Y es que Marbella necesita unas instalaciones deportivas acordes a su importancia como ciudad turística internacional y el estadio, precisamente, ha sido la más abandonada por la corporación municipal, que hasta ahora nunca se había planteado en serio la posibilidad de un nuevo estadio o la reforma integral del actual. Por último, no pretendo politizar la situación ya que el problema ha existido con distintos gobiernos municipales y su solución interesa a toda la ciudadanía más allá de disputas políticas.
