Las advertencias de Putin han llevado a suecos, eslovacos o serbios de alto poder adquisitivo a buscar una segunda residencia en la que poder refugiarse en caso de ataque ruso
El abandono de la neutralidad que ha supuesto la solicitud de entrada en la OTAN por parte de Suecia y Finlandia, ha situado a estos dos países en el punto de mira de una posible guerra contra Rusia. Y es que este importante paso de los nórdicos no ha dejado indiferente al Gobierno ruso, advirtiendo que, si esta adhesión va acompañada de un emplazamiento de la «infraestructura militar en esos territorios”, habrá una respuesta.
El riesgo de un posible futuro enfrentamiento se extiende así sobre los Estados limítrofes, algo que está llevando a ciudadanos nórdicos a interesarse por invertir en una segunda residencia en la Costa del Sol a la que desplazarse en el caso de que Rusia ataque sus países. Así lo afirman las inmobiliarias más relevantes de Marbella, Benahavís y Estepona expresando la gran cantidad de eslovacos, país vecino de Ucrania y en la órbita de la desaparecida Unión Soviética, que están protagonizando importantes transacciones. A estos comienzan también a unirse croatas y serbios de alto poder adquisitivo.
Cabe destacar que una característica de este tipo de cliente es que busca una propiedad finalizada con la que contar lo antes posible por si se da la circunstancia de tener que refugiarse.
Las advertencias de Putin se han convertido así en una razón más de impulso en el sector inmobiliario de la Costa del Sol que se encuentra desde hace meses experimentando un auténtico récord de ventas.
