IberBlue Wind, una empresa formada por la irlandesa Simply Blue Group y las españolas Proes Consultores y FF New Energy Ventures, quiere llevar a cabo la construcción de un gran parque eólico marino en el Mar de Alborán. La infraestructura se situaría frente a las costas de Málaga y Cádiz y contaría con 55 aerogeneradores y una superficie de 310 kilómetros cuadrados.
A pesar de ser una iniciativa privada, su ubicación hace imprescindible la autorización del Gobierno: “depende un poco de la legislación, de la subasta y, por supuesto, de los permisos, dado que para esta tramitación ambiental hay que hacer unas pruebas y después hay que remitir la evaluación de impacto ambiental al ministerio, con lo cual no solo depende de nosotros. En principio a nosotros nos gustaría que este parque estuviera listo para 2030, 2031… sobre todo porque el Gobierno español especificó un objetivo de tres gigavatios para 2030. A nosotros nos gustaría que este parque fuese parte de los objetivos, pero no depende solo de nosotros y tenemos que trabajar con las administraciones para acelerar este proceso”, asegura Adrián de Andrés, vicepresidente del consorcio Iberblue Wind.
Con esta afirmación parece claro que el Gobierno estaría trabajando en la regulación de dicha infraestructura con el fin de autorizarla y que este parque eólico fuera una realidad en unos ochos años. Una idea que choca con la situación que actualmente vive el litoral marbellí que, a pesar de demandar sin cesar la construcción de espigones, sigue sin respuesta por parte del Ejecutivo de Sánchez.
La localidad de Marbella paga anualmente un canon al Gobierno central de 2,5 millones de euros, además el Ayuntamiento de Marbella en numerosas ocasiones ha aseverado que está dispuesto a asumir los costes del proyecto. A pesar de todo, el Ministerio de Transición Ecológica y Medio Ambiente sigue sin autorizar esta construcción tan necesaria, sin la que cada año los temporales generan importantes pérdidas para los bolsillos de los empresarios y las arcas municipales.
