Pese a que la concienciación sobre la importancia de recoger los excrementos de las mascotas en la vía pública va en aumento, no es tan asiduo que los propietarios de mascotas diluyan con agua -preferentemente mezclada con vinagre- la orina de sus mascotas.
Ambas conductas se encuentran reguladas en la normativa municipal, tanto en la Ordenanza Reguladora de Residuos y Limpieza como en la de Convivencia Ciudadana en Espacios de Uso Público del Término Municipal de Marbella, así como en la de Tenencia de Animales.
Así, está prohibido que los animales miccionen en las fachadas de edificios y en el mobiliario urbano. Igualmente, los propietarios están obligados a recoger las deposiciones de los animales en bolsas impermeables, perfectamente cerradas y que deben depositar en los lugares destinados a tal fin.
Debe tenerse en cuenta que el orín tiene componentes altamente corrosivos que afectan especialmente al mobiliario urbano, a lo que se deben sumar los malos olores y las manchas que dejan en pavimentos y viario público y que dan una imagen de suciedad de la ciudad.
En el último mes, se trata de un problema que se ha agudizado al no poder realizarse labores de baldeo como consecuencia de la declaración excepcional y grave de la Costa del Sol. Una declaración que ha llevado aparejada diversas medidas que restringen el uso del agua destinada a la limpieza viaria y al riego de zonas verdes.
