La fe ha desafiado hoy al tiempo, y la jugada ha salido bien. Los sampedreños han podido ver como su patrón salía de su templo, ante la veneración de los cientos de vecinos que se agolpaban a la puerta de la iglesia, a pesar de que la lluvia hacía presencia de forma intermitente. Momentos de angustia, hasta que San Pedro de Alcántara pisaba la calle de mano de sus hombres de trono, un recorrido corto, eso sí, que sólo le llevaría hasta la rotonda donde se erige el Marqués del Duero, un paseo suficiente para que los vecinos pudieran disfrutar de su imagen más venerada, en el que es sin duda el día más festivo para San Pedro.
La legión, cornetas en mano y tambores al unísono entonaban el Novio de la Muerte ante la inminente salida de San Pedro de Alcántara, que salía a la calle bajo un manto de aplausos de sus devotos.
El reloj marcaba la una menos cuarto cuando el santo inició su improvisado recorrido hacia Marqués del Duero, fundador de la colonia agrícola, pero antes se realizó la tradicional ofrende floral al patrón. Tras él la multitud de vecinos, algunos de ellos ataviados con los trajes de flamenca, lo acompañaron hasta el monumento en conmemoración al marqués, para después recorrer de nuevo el mismo camino y volver a su templo.
Habrá que esperar otros 365 días para que los sampedreños puedan disfrutar de la procesión de su patrón, que este año se veía empañada por la lluvia, pero que no impidió que el patrón de la localidad saliera a la calle para saludarlos.
Antes del corto recorrido, la iglesia acogía la Eucaristía en honor a San Pedro de Alcántara, una misa oficiada por el párroco de la Iglesia de La Encarnación de Marbella, José Solórzano, en el que se dieron cita, además de una gran multitud de vecinos, representación municipal, así como otros miembros del anterior equipo de Gobierno; entre ellos, la que fuera alcaldesa, Ángeles Muñoz.
