La Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental se ha propuesto el reto de recolectar al menos 50.000 litros anuales de aceite usado, según puso de manifiesto ayer Fuensanta Lima, elegada de Medioambiente y Puntos limpios, en el transcurso de una reunión con responsables técnicos y políticos de los ayuntamientos que constituyen la Mancomunidad para tratar sobre el servicio de recogida de aceites vegetales usados. Así, Lima señaló que también es un objetivo prioritario “mejorar el ratio de contenedores por municipio, hasta llegar a un contenedor por cada 1.000 habitantes”. Para alcanzar dichos objetivos, continuó, “los municipios deben hacer las propuestas de nuevas ubicaciones de contenedores de aceite. Así, recientemente el municipio de Fuengirola se ha adherido al convenio del servicio de recogida, y ahora estamos en la tarea de equipar a este municipio con los diez contenedores que ha solicitado”.
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Por otro lado, Fuensanta Lima anunció que “se van a desarrollar campañas de concienciación dirigidas a centros escolares públicos de todos los municipios, para lo cual se editará un material didáctico para todos los centros (públicos y privados ) con el que trabajar y concienciar en materia del aceite vegetal usado”. Ese material consistirá en la edición de folletos divulgativos, carteles informativos y la preparación de una presentación útil para profesores y educadores ambientales, y será “el material didáctico con el que contarán los monitores ambientales que van a visitar los centro escolares y de formación”.
Por otro lado, durante la reunión la delegada ofreció unos datos que determinan exactamente la dimensión del problema de este tipo de residuos. Así, aclaró que “la estimación de consumo que se tiene por habitante al año de aceite vegetal es de 21 litros. De estos se vierten unos tres litros al año por habitante. Con la población actual de los municipios de la Mancomunidad (530.102 habitantes a 1 de enero de 2015), el vertido de aceite asciende a más de 1,5 millones de litros a gestionar. Si todo este aceite termina en las depuradoras produce daños en ellas y colapso de las instalaciones por atoro, y pueden terminar en el mar, donde es muy frecuente observar la formación de natas en las épocas de baño”.
Sin embargo, concluyó Lima, “hoy en día podemos valorizar todo este aceite y conseguir subproductos útiles en nuestra vida diaria, como son jabones, biocombustibles (bio-diesel) o glicerina”.
