Hace un par de semanas concluyó la temporada de entrenamiento de la Fundación de Pádel Adaptado del paratriatleta Javier Mérida y lo hizo con la celebración de un torneo rápido que resultó especialmente divertido en su sede sampedreña del Club de Pádel Nueva Alcántara y que se repitió una semana después en el Club de Tenis y Pádel El Mirador de Marbella.Entre estas dos sedes,la fundación de Mérida ha enseñado a jugar al pádel a setenta jóvenes alumnos que sufren algún tipo de discapacidad y lo ha hecho de manera gratuita con el apoyo y la ayuda de los citados clubes y del Rotary Club.Por quinta vez en los últimos años,los menores discapacitados han podido disfrutar de un deporte muy entretenido gracias a dicha fundación.
El próximo viernes tendrá lugar una cena benéfica para recaudar los fondos necesarios para seguir con este enorme proyecto social y para ampliarlo si fuera posible.Con esta impagable labor Javier Mérida demuestra una vez más su gran humanidad y también su afán de superación personal,el cual transmite a los alumnos de su fundación para que sigan su ejemplo y así puedan disfrutar practicando deporte a pesar de sus limitaciones.Se trata sin duda de otro gran reto superado por el paratriatleta local que conoce y entiende perfectamente la situación de sus alumnos.
Como he comentado en varias ocasiones,también soy discapacitado y me identifico totalmente con Mérida y los jóvenes alumnos de su fundación.Son para mi un ejemplo a seguir y una motivación extra para disfrutar de la vida como una persona normal.El deporte adaptado es sin lugar a dudas la mejor forma de entretener la mente y de sentirse útil que tienen estas personas.Como vemos, Javier Mérida no sólo emprende grandes hazañas deportivas como la que próximamente afrontará en el mítico lago Ness,si no que también realiza una gran labor personal ayudando a los demás.
