Las labores que se están acometiendo en el entorno del chiringuito bautizado como ‘Playa Padre’ en la playa del Cable, -según publicó La Otra Crónica del Mundo- que está montando María Bravo con dos socios más, según recoge la revista Semana, son actuaciones de acondicionamiento del establecimiento playero para que pueda prestar servicio este verano. El concejal de Industria y Vía Pública, Javier Porcuna, explicó, a preguntas de los periodistas que, las labores que se están realizando son de acondicionamiento, puesto que “no he recibido información a propósito de que se esté construyendo un nuevo chiringuito”, apuntó, explicando en este sentido que “si lo están acondicionando de acuerdo a la licencia no hay nada que decir, y si no están actuando de acuerdo a la licencia los inspectores de Playa y Urbanismo actuarán”, en las inspecciones periódicas que realizan en este sentido a las playas. Precisamente, fue en una de estas inspecciones realizadas por la Delegación de Sostenibilidad cuando se requirió al chiringuito ‘Playa Padre’, la retirada de las palmeras que se habían instalado en las inmediaciones de este establecimiento de playa. “Se les ha conminado a retirar las palmeras, hoy mismo -por el lunes de esta semana- se va a llevar a cabo una nueva inspección porque tenemos que velar porque se cumpla el Plan de Playas y no salirnos de esos parámetros”, explicaba el concejal del ramo, Miguel Díaz.
Tanto así, que dicha delegación ya ha puesto en conocimiento de la Junta de Andalucía el requerimiento realizado para la retirada de las palmeras, puesto que es la Administración Regional, la competente en dar la resolución.
Porcuna apuntó también que el ocupante de este establecimiento playero de la Playa del Cable tiene la concesión del chiringuito, tras ganar el concurso.
Según adelantó el periódico ‘El Mundo’ este chiringuito cuenta con una inversión de un millón de euros, en el que la actriz y su socia ofrecen un club destinado a bolsillos pudientes con camas balinesas, música en directo, cocina de mercado y show de botellas de champán francés con bengalas para los big spenders, como se conoce en el mercado del ocio nocturno a los mejores clientes. No habrá piscina porque se lo prohíbe la Ley de Costas, pero sí un mar con bancos de arena.
