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domingo, noviembre 24, 2024
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Marbella rinde homenaje a Juan Zamora con una placa en la Plaza de la Iglesia

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El alcalde de Marbella, José Bernal, ha presidido hoy el descubrimiento de una placa en la Plaza de la Iglesia de la Encarnación (en el inicio de calle Viento) en honor a Juan Zamora Martín, “una de esas personas, vecina de la ciudad, que han hecho de Marbella lo que hoy en día es”, ha asegurado el regidor. El alcalde, que ha estado acompañado en el emotivo acto de familiares y amigos del homenajeado, ha realizado una semblanza de Juan Zamora Martín, que nació el 29 de marzo de 1923 en la calle del Viento de Marbella, en el antiguo Convento Trinitario. “Su infancia estuvo marcada por la crudeza de la Guerra Civil y llegó, incluso, a estar frente a un pelotón de fusilamiento junto a su padre, del que lograron salvarse”, según Bernal, quien ha explicado que “su primer trabajo fue como aprendiz en una barbería, aunque lo dejó pronto y entró a trabajar como friega vasos en un bar que había frente a La Alameda que se llamaba “17 de enero”. Dejó el bar y empezó a trabajar como carpintero con Antonio Reina, que era “especialista” en la construcción de ataúdes y Juan era el encargado de forrarlos.

Poco tiempo después, “la fortuna les dio un respiro y a su padre le dieron en renta como colono la huerta del Fuerte, donde hoy se sitúa el conocido hotel, y allí se mudó la familia”, según el regidor, quien ha apuntado que “como a su padre le hacía falta ayuda, dejó la carpintería y se fue a la huerta hasta que el 1 de julio de 1937 comenzó a trabajar en la aserradora de Marino Villar, un auténtico campo de concentración al aire libre en invierno y en verano y con un horario de 6 de la mañana a las 12 de la noche”.

Se dedicaban a cortar eucaliptos de la carretera, pinos de la Serranía de Ronda y a fabricar cajas para el pescado. De la mano de su pariente Emilio Valdivia, Juan y un grupo de amigos se reunieron y formaron un grupo de teatro y cuando venía la Compañía del cómico Rafael Alcaide, éste invitaba a Juan a actuar de rapsoda en los intermedios de la representación y al decir de muchos, entre ellos el rapsoda de Cártama, Pepe González, no sin soltura y con cierto éxito.

En la aserradora estuvo trabajando hasta el 13 de septiembre de 1941, fecha en la que se fue a la Línea de la Concepción en bicicleta para intentar trabajar en Gibraltar que en aquel momento bullía con motivo de la II Guerra Mundial. Ya en esa fecha tenía novia, la que sería la mujer de su vida, compañera inseparable y madres de sus hijos: Victoria Vázquez Ruiz.

El alcalde ha continuado señalando que “allí recibió la ayuda de otro marbellero, Manuel Parra Berrocal, y siete meses atrás logró trabajo. A Juan le asignaron al barracón de electricidad donde empezó a aprender un oficio que, a la postre, fue su medio de ganarse la vida”.

En enero de 1944 dejó Gibraltar y volvió a Marbella ya que el 20 de marzo se incorporaba al ejército en Sanlúcar la Mayor (Sevilla). Tras tres años de servicio militar, se licenció y regresó a Marbella. Aprobó el ingreso como Guardia Civil pero acabó renunciando al puesto. En agosto de 1947 empezó a trabajar como cartero y ahí cambió su vida.

“Conoció a Ricardo Soriano, quien le ofreció irse a trabajar con él, que entonces estaba construyendo un cine (El Rodeo) y un bar (El Puerto). Así en abril de 1948 dejó Correos y se fue a trabajar con el marqués. Más que una relación laboral aquello fue una relación de amistad que duró hasta 1973, año en el que falleció Ricardo Soriano”, según ha recordado Bernal.

Después fue operador cinematrográfico y también fue el primer instalador eléctrico autorizado en Marbella. Montó junto a la familia Cid un negocio de venta de repuestos de coches y de material eléctrico.

Trabajó en la mina del Peñoncillo en Ojén, en el montaje de las líneas eléctricas y en el montaje del cable que bajaba hasta las Torres de la Bajadilla.

En marzo de 1953 se pudo casar con su novia de siempre y se fueron a vivir a la calle Bermeja 5 donde nacieron sus hijos Juan Manuel, Victoria y Pepa. De aquí se mudaron a la calle Pedraza (entonces Comandante La Herranz) donde nació Mari Cruz y finalmente se fueron a la calle Los Sitios donde vio la luz Mari Carmen.

Continuó trabajando en la tienda hasta 1988, fecha en la que cumplió 65 años y se jubiló. A partir ahí su vida transcurrió tranquila, su familia fue el centro de toda su atención. Adoraba a sus nietos y bisnietos. Murió el 10 de marzo de 2016 en la Residencia El Carmen, rodeado de sus hijos y nietos.

Precisamente uno de sus hijos, Juan Manuel Zamora, ha agradecido este homenaje y ha señalado que “mi padre siempre llevaba Marbella en su corazón y a partir de hoy será el corazón de Marbella el que lleve a mi padre”

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