Los expertos Xavier Espadaler, Carlos Pradera y Juan Antonio Santana han revelado en un artículo científico publicado por la revista Iberomyrmex la documentación de una población de hormiguita de fuego, Wasmannia auropunctata, originaria de América del Sur y cuya picadura pueden ser muy dolorosas para los humanos y que en el caso de animales les puede producir ceguera, según apuntan en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).
Según recoge el artículo es la primera población que nidifica en el exterior, en Europa continental, y el área infestada, en una urbanización cercana a la A-7 es de 5,8 ha de extensión y 1,2 km de perímetro. El CREAF ha informado de que ya se le ha comunicado al Ayuntamiento de Marbella.
La investigación se inició por la queja de un particular a una empresa de control de plagas sobre “hormigas muy pequeñas que picaban” a personas en una propiedad privada de un barrio de Marbella. El trabajo de campo de Espadaler, Pradera y Santana permitió certificar su presencia, confirmándose que se trata de la primera localidad dentro del continente europeo donde esta especie invasora se ha establecido y se encuentra en expansión, tal y como apuntan en el artículo.
Los datos aportados señalan que se encuentran infestadas unas cincuenta urbanizaciones, “Las obreras fueron detectadas en muchas esquinas de muros de edificios saliendo y entrando por las grietas de paredes. Seguían caminos visibles. Las obreras también utilizaron los mechinales de las paredes de jardines y huertos. Los nidos, con múltiples reinas, también se encontraron debajo de piedras, en las zonas de sombra de huertos bien regados. Huevos, obreras, larvas y pupas de macho también estuvieron presentes”, informan en el artículo, precisando además que “en comparación con el comportamiento habitual en las hormigas mediterráneas que forrajean sobre el suelo, las obreras de Wasmannia mostraron un ritmo muy lento. Molestadas cuando estaban sobre el dorso de la mano, las hormigas no picaron de inmediato”.
Su presencia responde a climas tropicales, no adaptándose Marbella totalmente a sus características, lo que ha hecho pensar que su expansión en la ciudad se haya producida lentamente.
